Será difícil que yo lo saqué a final de año de mi top de discos, aunque supongo que no se verá muy refrendado ni por cifras ni por repercusión en los medios -algo bastante habitual con discos de este tipo. Y es que, no nos engañemos el noise-pop, la suciedad y los temas contundentes no es lo que mejor venden las revistas especializadas (pese a que Pitchfork le dio a su anterior trabajo un 8.0 de nota).

Illegals in heaven comienza de lo más contundente con uno de esos trallazos de noise-pop sucio, No views, que bien podría venir firmado por Triángulo de Amor Bizarro y no nos extrañaría lo más mínimo, algo que también encontramos en Costume Drama o en la tormenta de guitarras densas en el final de Too late now. Es cierto que también se da una concesión a lo mejor del kiwi-rock y el pop de Flyin Nun Records en esa genial River of Longing. En esta faceta más pop desde luego están acertadísimos y firman sus mejores momentos, porque al final del disco también lo hacen con la brillante Palace of Love que es una maravilla que podría haber estado incluída hace 30 años en el primer disco de The Bats tranquilamente.
Durante el disco también aparece una faceta más calmada que recuerda a los temas setenteros de la Velvet, ahí encontramos dos buenas canciones como son Gold o Cruel Night, de las que yo destacaría especialmente la primera que me encanta.
Desde luego me parece un disco destacadísimo por la propuesta que hacen, aunque probablemente no os lo encontréis en casi ningún medio por aquí.
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