En el blog de Don't eat the yellow snow ví la semana pasada este disco, pero me leí la descripción así por encima entre las mil cosas que llevo en la cabeza y no le presté mucha atención. De hecho, ni siquiera me bajé el disco de Nation of Language al ver que tiraba de synth-pop y electrónica. Pensé que no es mucho mi estilo y no lo escuché. Mal hecho.
Al final de la semana un contacto de Facebook compartió una canción de ellos y al ver el nombre, me picó la curiosidad. Click y atrapado.
Introduction, Presence es el primer álbum de los de Brooklyn y en él, Nation of Language se han marcado todo un trabajazo. Algo que llama la atención en casi todas las reseñas que he leído es que la voz de su cantante es muy parecida a la de Matt Berninger de The National. Y es verdad. Es una voz muy potente, cálida, capaz de susurrar o de mantener la épica. En la primera y en la última canción: Tournament y The Wall & I, de hecho, es que tienes la sensación en estar dentro de un disco de The National.
Pero hay muchas más influencias, porque si hay algo que destaque en este Introduction, Presence son los sintetizadores y los teclados que crean un atmósfera post-punk muy ochentera pasado por el flitro de la electrónica. Así Rush & Fever, Automobile o Sacred Tongue bien podrían recordar a los Depeche Mode de principios de los 80.
Incluso en temas geniales como September again o On division St (menudo teclado y menudo estribillo) Nation of Language sacan su lado más bailable a pasear y recuerdan a LCD Soundsystem. La verdad es que son dos de sus mejores canciones y esta línea se les da genial.
En definitiva, a veces pasamos por alto discos solo porque su descripción lo encajona mucho en un estilo, pero eso no sucede en este trabajo de Nation of Language donde se dan la mano el indie-pop, la electrónica y el synth-pop de los ochenta.
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