Y, para ser sinceros, ha sido mucho más interesante de lo que, a priori, hubiese pensado. En España y Europa, edita el disco el sello Meritorio Records. En sí mismo, ese dato ya es pura garantía de calidad, pero es que además las guitarras y el desenfado de Jim Nothing hacen que la escucha sea un absoluto torbellino de emociones.
Sorprende, y mucho, ese inicio con It won't be long, sucia y misteriosa. Obscura y esquiva. Voz de ultratumba y un saxofón en la lejanía. Una llamada de atención en toda regla que te prepara para ese puñetazo de guitarras punks que es Never Come Down.
Eso sí, no penséis que ahí queda la cosa. El tercer asalto con Seahorse Kingdom es un corte perfecto de indie-pop aderezado con violines (que de la mano de Anita Clark aparecen por todo el disco) al más puro estilo Belle & Sebastian. Y en el cuarto corte, Nowhere Land encontramos una pura joya indie-pop que bebe de las fuentes locales y sonido de bandas como The Bats y el sello Flying Nun, algo que tampoco nos extraña ya James Sullivan, alma máter de esta formación, ya pasó por grupos como Salad Boys. Esta línea es la que más predomina en el álbum y ahí encontramos bonitos ejemplos como la más perezosa como Fall back down, la preciosa Back Again o Something new.
Sin embargo, el punto álgido de este trabajo lo escuchamos con las guitarreras Borrowed Time y Yellow House, esta última es el single que adelantó en julio y que tanto me gustó. De nuevo, ese rugido de guitarras punks que se entremezclan con la melodía pop y la perfecta conjunción de las voces masculina y femenina. Algo que te trae a la mente a bandas como The Lemonheads o The Breeders sin ir más lejos.
In the Marigolds es una verdadera montaña rusa con subidas de guitarras vertiginosas, descensos a base de sonidos jangle, túneles obscuros y zonas llanas de indie-pop noventero. Todo el arsenal de Jim Nothing para que el álbum te mantenga pegado a los auriculares del despacho.
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