Yo llevaba esperándolo como agua de Mayo, y por fin la semana pasada dí con él y lo pude escuchar de cabo a rabo. Y, desde entonces, lleva sonando sin parar en mi ordenador (de momento sólo en streaming porque no he encontrado enlace para escucharlo tranquilamente en casa).
Sea of Murmur es el segundo LP de los brasileños The Tamborines y un buen cambio de aires con respecto a su predecesor Camera & Tremor. En su primer largo esta pareja brasileña afincada en Londres nos dejaba un discazo de noise-pop y shoegaze donde los reverb y las guitarras afiladas te atrapaban de principio a fin. En este segundo álbum la cosa se relaja se decantan más por el indie-pop y nos dejan una colección de canciones pop brillantes, con amables guitarras cristalinas y preciosas melodías cantadas con una enorme melancolía.
¿Y ese cambio? Os preguntaréis algunos ... pues bien Henrique Laurindo y Lulu Grave, que son el dúo que forman esta banda, siguen siendo pareja musical pero han dejado de ser pareja sentimental, y eso creo que ha pesado mucho en estas canciones.
Desde la melancolía maravillosa de The most important thing, el precioso tema que cierra el disco, hasta canciones de soft pop como Another day o Indian Hill este disco contiene algunas joyas de pop atemporal absolutamente geniales -a mí, Another day, por ejemplo, me parece una maravilla. En este sentido tal vez, discos como los de Withered Hand os vengan a la cabeza.
Luego hay otros temas más cañeros donde se han acercado mucho a discos de Teenage fanclub o los primeros My Bloody Valentine, por ejemplo Black & Blue -que han vuelto a grabar- bien podría ser un tema de mbv, o canciones como One afternoon o Slowdown bien podrían estar en cualquier disco de la banda de Norman Blake.
Pero no todo son ellos y el final de su relación, en este disco el cine también tiene un peso muy destacado: por ejemplo en Fellini's Thorn, una de buen power pop y de las que más me ha gustado, o en Ghost at the Lighthouse inspirada en una película dadaísta de 1928, hasta llegar a Dreaming Girl basada en Metrópolis de Fritz Lang y tal vez la única que nos recuerda a su primer disco, donde las capas shoegazers, las guitarras fuzz y la oscura voz que recuerda a Joy Division, nos atrapan de principio a fin en un tema genial.
Para mí será uno de los discos más destacados de este primera mitad del año, un pequeña maravilla de pop muy a tener en cuenta.
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