En 2015 salió esa maravilla de indie-pop que era Metalmania, el primer largo de los neozelandeses Salad Boys. A mí, me encantó ese disco y, de hecho, hoy todavía lo sigo escuchando. En 2018 los de Christchurch lanzan su segundo álbum y, la verdad, es que me ha sorprendido su cierta suciedad y el cambio de registro en algunos temas ... pero a pesar de la sorpresa inicial This is glue me ha encantado igualmente.
El primer corte del disco Blown up es un tema guitarrero que recuerda a los primeros Kaiser Chiefs o incluso al álbum debut de Franz Ferdinand. Me ha descolocado por completo, pero es un buen pepinazo.
Eso sí su vena indie-pop aparece pronto con temas como Hatred, Right time, Exaltation (este era el tema que ya habían avanzado y que es una maravilla) o Under the bed que es otra preciosidad, con un estribillo genial. Las influencias locales de bandas del sello Flying Nun como The Bats siguen muy presentes cuando el grupo toca este estilo que recuerda a su primer trabajo.
El jangle-pop es lo suyo. Y cuando se ponen, se ponen. Y ahí está ese temazo que es Pysch Slasher donde llega, para mí, lo mejor de todo el álbum. Están guitarreros y rápidos, pero saben echar el freno durante la canción y nos dejan un temazo que recuerda a los REM de los ochenta. Una maravilla.
Ojalá que Salad Boys no pierdan esta frescura que no deja de sorprendernos.
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