The Goon Sax se han convertido, de un tiempo a esta parte, en una banda de referencia en el panorama indie-pop internacional. Sus dos primeros discos, plagados de guitarras jangle y melodías pop fueron aire fresco. De hecho, el primero era muy bueno y con el segundo se graduaron con honores.
Quizás por eso extrañe tanto este Mirror II donde no hay apenas rastro de ese indie-pop de aires ochenteros. Pero ojo, que creo que han vuelto a hacer un gran trabajo y demuestran gran personalidad. Y es que la personalidad tal vez haya sido un elemento determinante en este disco. Las comparaciones son odiosas, siempre, pero en este caso más ya que entre The Goon Sax y The Go-Betweens había algo más que un sonido compartido con 40 años de diferencia y es que Louis Forster es el hijo del mítico cantante australiano Robert Forster.
Eso sí, como he leído esta mañana, tal vez aunque ese parentesco no existiera, les hubieran hecho la misma comparación, ya que una banda de Brisbane y que hace indie-pop siempre va a a estar a la sombra de TGB, para lo bueno y para lo malo.
Por eso, el trío australiano se mudó a Berlín un poco antes de la pandemia y allí les ha pillado aislados toda esta época. De ese cambio de aires nace Mirror II que, pese al gran cambio de sonido, es un disco bastante coherente en sí mismo. Y eso que no era fácil, Louis ya no es el único compositor y ahora, los tres miembros, también James y Riley han hecho sus propias canciones.
En general, en este disco nos encontramos a unos The Goon Sax más obscuros y distantes. Casi no hay rastro de guitarras jangle y, sin embargo, lo que abundan son teclados y sintetizadores que dan un cierto aire fantasmal a sus canciones. Las guitarras suenan más ruidosas y distorsionadas y aparecen detalles como ese saxo en Bathwater que es una maravilla. De hecho, hay una producción muy calculada, nada menos que con John Paris, el compañero de fatigas de PJ Harvey.
Ya de entrada con In the Stone y Psychic, dejan bien claras las intenciones con esas guitarras pesadas y ese aire fantasmagórico. Eso sí, en ambos cortes les sale un estribillo de lo más acertado, donde resuena el pop que llevan dentro. Ese aire más obscuro, donde tiran de sintetizadores y teclados, aparece también en Desire que incluye una batería a lo Phil Spector que recuerda un poco a The Jesus and Mary Chain.
Hay temas de guitarras más amables y pop como Carpetry o Caterpillars donde se acercan un poco más al punk desenfadado de Television Personalities, pero hay otras donde el pop se impone claramente como en Tag o The Chance que son dos muy buenas canciones.
Desde luego es un disco menos comercial y quizás haga que pase un poco de largo entre el público, donde va a parar, pero demuestra un grandísimo talento y una enorme personalidad por parte de The Goon Sax. El resultado en conjunto es muy bueno y a mí me ha gustado mucho.
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