miércoles, 22 de octubre de 2025

Molly Nilsson

Ya sabía yo que me tocaban un par de semanas horribles. Y, tal cual, peor incluso de lo que pensaba puesto que estoy sustituyendo a un compañero por enfermedad y asumiendo gratuitamente su docencia. Así que, entre sus clases y las mías, apenas tengo tiempo para sentarme y descansar. Mucho menos para escuchar algún disco y, aún menos, para escribir en el blog. Ayer y hoy solo lo nuevo de Pop Filter y poca cosa más.

Eso sí, hoy que tengo una horilla antes de entrar en clase, vengo con el Amateur de Molly Nilsson

Yo sabía que sacaba disco nuevo, pero ni me había enterado que había salido ya. Hasta que el viernes pasado en el concierto de Carolina Durante mi amigo Fonsi me recordó que este disco había salido y que lo tenía que escuchar. Menudo acierto.

Siempre me ha gustado el synth-pop de Molly Nilsson. Bueno, a ver, que yo no soy especialmente de synth-pop y soy más de guitarras. Pero, es cierto, que el rollo synth-pop oscurete y con letras muy curradas hace que el sonido de Molly Nilsson siempre me haya agradado.

De hecho, ahí encontramos esas maravillosas Valhalla, Swedish Nightmare o, el single que adelantó, How much is the world. Desde luego, la huella de bandas como OMD o New Order aparece sobrevolando su sonido, pero como ella misma comenta en su bandcamp, Amateur, es un disco (su 12 álbum que se dice pronto) que habla de amor, y de nuestra falta de experiencia. Es un disco de alegría para perdedores. Para vivir la vida con curiosidad y fuerza aunque el sistema neoliberal nos exprima (me remito aquí a mi primer párrafo) y no encontremos huecos para vivir y hacer las cosas que nos gustan.

All the way es un manifiesto para seguir viviendo la vida plenamente o The Bitter End con la que cierra el álbum es una oda a la amistad y a no perder el contacto con los amigos.

Desde luego que no me puedo ver más reflejado en este disco de Molly Nilsson. Por poner en canciones lo que muchos pensamos.

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