Todo el mes de agosto sin tocar el blog, qué maravilla! Ya necesitaba un tiempo de desconexión y entre playa, viaje y campo he tenido un verano movido. Eso sí, no me he olvidado de la música y es que en estos días he seguido escuchando algunos discos que ya me quedaron pendientes en julio de comentar. El primero al que le quería echar el guante es a este Kill the lights de Tony Molina.
No es la primera vez que hablo de Tony Molina en el blog, y como me encanta su indie-pop lo-fi, con tintes jangle de los 60 y 70. Algo así como el power-pop de Big Star en acústico o los temas más tranquilos de The Byrds.
Sus temas son una auténtica delicia, aunque eso sí, apenas duran un minuto y medio. Eso ya ocurría en su anterior trabajo. Pero bueno, no necesita más para crear grandes canciones, su voz, su guitarra y algún acompañamiento como un teclado. En este Kill the lights destacan cortes como la jangle Nothing I can say, el órgano de Afraid to go outside al más puro estilo Procol Harum o las preciosas melodías the Jasper's theme o Give he take you con sus baterías y sus arreglos que recuerdan al pop de la fábrica Flying Nun.
Diez canciones en apenas 15 minutos. No es necesario mucho más cuando se tiene el talento de crear canciones maravillosas.
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