Hace un par de semanas que estoy enganchado al maravilloso trabajo de Outer Spaces, Gazing Globe, que es, de largo, lo mejor que ha salido este verano. Y no penséis que es un trabajo que entra a la primera y donde todo está donde se espera que esté. Ni mucho menos. De hecho, Outer Spaces (nombre artístico de Cara Beth Satalino) comienza el álbum con los cortes más tranquilos e inasequibles al gran público, pero que son pequeñas joyas de rock reposado: I see her face, la genial Truck song con ese minuto y medio final tan jangle, y la obscura Gazing Globe que me recuerda al indie-folk de Kurt Vile o Kevin Morby para que os hagáis una idea.
Pero este Gazing Globe se pone interesante cuando llega el cuarto corte del disco YWLGOML que es un precioso tema de indie-rock donde Outer Spaces deshoja la margarita y nos deja lo mejor del disco. A mí, con esas guitarras contenidas, ese saxofón maravilloso que aparece a mitad de canción y esos coros desgarrados me recordó en seguida a Courtney Barnett y, en general, al indie-rock de voces femeninas de los años 90.
Las guitarras se hacen más presentes y sube la temperatura en cortes como Album for Ghosts con ese épico final o en la jangle TV Screen, otro tema fantástico.
Pero el disco es un carrousel que sube y baja, y es que representa muy bien el momento personal que vivió Satalino durante su grabación y es que la de Baltimore se enfrentó a una ruptura sentimental con su pareja, compañero de grupo y productor Chester Gwazda, así que Telling you things (ese final rabioso), Paper flowers o Teapot #2 muestran muy bien esa faceta más introspectiva de la artista.
Outer Spaces ha creado un álbum de lo más interesante, nada previsible ni plano. Tal vez, esto le aleje del gran público, porque no es fácil enfrentarse a discos así, pero conforme lo vas escuchando más y más veces, mejor te parece y ves como todo, en realidad, encaja a la perfección.
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