Comienzo con Love, Burns el proyecto de Phil Sutton, ex-batería de Comet Gain y miembro también de ese grupazo de indie-pop que es Pale Lights. En este proyecto más personal ya nos ha ido dando pistas de su gran talento y calidad, y es que el año pasado ya sacó algunos singles como Gate & the Ghost o Wired Eyes donde colaboraban músicos de altísimo nivel como Kyle Forester o Gary Olson, algo que se mantiene en este primer elepé.
De hecho, en este It should have been tomorrow, Sutton, desde hace años afincado en Nueva York, se ha rodeado de una buena cantidad de amigos/as que han hecho crecer mucho este proyecto. En la inicial Dear Claire (que ya comenté hace unos meses) colabora Laura Bridge (compañera en otros proyectos como Kicker o The Soft City) para dejarnos un tema de indie-pop sobresaliente, lleno de guitarras jangle y un teclado de aires sixties. Esa fórmula se repite en la genial Stormy waters que es una de las mejores de este álbum.
De hecho las guitarras jangle y el pop ochentero es lo que más abunda en este trabajo. Así encontramos las muy pop, Wired Eyes (con esas guitarras poderosas), Gate and the Ghost, Come in the Spring y la final Something Good con ese riff de guitarra tan fronterizo. O también nos topamos con las elegantísimas It's a shame, muy en línea con grupos como The Go-Betweens, o In a Long Time que recuerda mucho a cortes de Chris Isaak y que cuenta con la colaboración de Alicia de Jeanines.
No pisan mucho el freno a lo largo del disco, pero cuando Love, Burns lo hacen también nos dejan temas muy bonitos: Oh my beloved o Drive down to DC serían dos muy buenos ejemplos. La última, de hecho, es una auténtica maravilla.
Love, Burns ha sacado uno de los discos más notables del año tirando de un pop atemporal y muy bien trabajado.
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