Summer at Land's End es el tercer álbum de The Reds, Pinks & Purples en los últimos dos años, lo que ya nos da una idea del gran momento creativo que está viviendo el músico de San Francisco (además, de sus discos con otros proyectos y sus colaboraciones con otras bandas de la ciudad). Y, en este trabajo, Donaldson de nuevo explora lo que él mismo definió como sad-pop: una serie de canciones íntimas donde reflexiona en modo DIY sobre la soledad, el desamor u otras emociones melancólicas.
En este caso, encontramos otro puñado de canciones destacadas, aunque quizás en este trabajo ha rugir un poco menos esas guitarras achatarradas que en los trabajos anteriores siempre tenían gran presencia.
Sea como fuere en este disco nos encontramos con algunas canciones absolutamente sobresalientes y que bien podrían estar entre las mejores que nunca ha hecho (y eso que el listón está muy pero que muy alto). Don't come home too soon es una buena manera de iniciar el disco y, sobre todo, introducir el mejor corte de este trabajo: Let's Pretend we're not in love, una pequeña joya de indie-pop, donde las guitarras jangle y las melodías tristes se dan la mano y combinan a la perfección.
Otros cortes como Pour the Light In, Tell me what's real o Upside down in an empty room funcionan igual de bien, aunque es cierto que este álbum suena algo más lento de lo habitual. Tal vez por cortes como My soul Unburdened o esa instrumental lenta y perezosa de más de 7 minutos que es Summer at Land's End y que aparece a mitad del disco, frenándolo todo en seco.
En cualquier caso, a The Reds, Pinks & Purples le ha vuelto a quedar un trabajo de lo más notable y se ha convertido en el proyecto más interesante de indie-pop en los últimos 2-3 años. Y, personalmente, la voz que más he escuchado en estos tiempos de pandemia.
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