Horsegirl comentan que son 3 amigas de toda la vida y que eso se nota desde el primer momento. Escriben las canciones juntas, hacen la música y los arreglos. Todo como banda. De hecho, esto es algo que se traduce en la gran coherencia que tiene su sonido dentro del disco.
Anti-glory, Homage to birdnoculars o Live and ski ya apuntan a ese sonido de guitarras desafinadas y ruidosas que las emparenta con grupos post-punk y, sobre todo, con los trabajos de grupos como Sonic Youth. Son canciones duras y contundentes, desde luego no pensadas para el gran público. Es algo que escuchamos también en otras canciones como The Fall of Horsegirl o World of Pots and Pans. No se renuncia en absoluto a la melodía pero sí que el sonido crudo y obscuro es lo principal como también sucede en otros proyectos contemporáneos como Black Country New Road, por ejemplo.
A mí me resulta una faceta de lo más interesante, aunque tengo que reconocer que cuando ponen la mira en su lado más pop es cuando más me gustan. En cortes como Dirtbag Transformation (Still dirty), que para mí es lo mejor de este trabajo u Option 8 se acercan más a los riffs guitarreros de grupos noventeros como Pixies o Pavement y eso les sienta genial. Incluso en la final Billy me han recordado al noise-pop de Las Robertas y me ha gustado mucho.
Entiendo que no sea un álbum para el gran público y pasará bastante inadvertido pero Horsegirl han hecho un álbum absolutamente sobresaliente y bien merecen que lo digamos.
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