De hecho, este disco que sale hoy es una absoluta maravilla. Nunca ha sido fácil etiquetar a Pumuky para hacer una reseña y que les represente fielmente. Por supuesto, ecos de dream-pop, shoegaze, capas de guitarras, sintetizadores y poderosas baterías es el pan nuestro de cada día. Lo recuerdo todo, Terriblemente bello, la final No Sueltes lo Efímero, o La Singularidad podrían formar parte de álbumes de grupos como Mogwai. Y otros más calmados como Escapismo o Barbarie o El salitre de tus ojos podrían podrían pegar en los últimos discos de Los Planetas. Estos cortes son los que más abundan en el disco, de hecho, creo que casi todas las canciones tienen tramos tranquilos y tramos ruidosos, como por ejemplo, Estudio sobre mi rabia, que empieza tranquila y luego va subiendo los decibelios a base de guitarras que alargan los acordes hasta el infinito y sintetizadores que crean una atmósfera oscura y pegajosa.
Así se mueven los hermanos Ramírez entre el pop oscuro de los ochenta con aires a The Cure, el shoegaze de bandas como Slowdive o los sonidos dream-pop de Beach House en las últimas décadas. Ahí encontramos su lado menos ruidoso y con más teclados en cortes como, el genial, Si no sabemos dónde ir o Hablando con los animales que también me encanta.
La verdad es que es un sonido que, no siendo accesible para el gran público, sin grandes estribillos y con mucho ruido, acaba formando un álbum absolutamente redondo, coherente y precioso. Todo encaja a la perfección y las canciones tienen un imán invisible de esos que te mantienen pegado al disco todo el tiempo.
No sueltes lo efímero de Pumuky es una genialidad al alcance de pocas bandas. Cómo me alegro que les haya quedado así de bien.