martes, 6 de junio de 2017

Los Lagos de Hinault

La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie, barba y exteriorApenas hace unas semanas, a finales de Mayo, os hablaba del single de adelanto del nuevo álbum de Los Lagos de Hinault: Escenas de caza. El tema en cuestión Lágrimas de San Lorenzo me gustó mucho y tenía muchas ga
nas de oír el disco completo. 

Escenas de caza es otro discazo, al nivel del anterior, Flores de Europa, que también me flipó bastante.

La verdad es que las letras y canciones de Carlos Ynduráin y Andrea Gasca se te meten en la cabeza con facilidad, si uno se despista puede pensar que su cercanía al twee-pop hace de sus canciones algo simple, pero nada más lejos de la realidad. Aunque bandas como La Buena Vida o Cola Jet Set (no tan guitarreros) son una influencia en su sonido, la verdad es que cuando aceleran consiguen temas redondos con letras de lo más divertidas: Vendo besos, Clásicas de primavera o Poca policía, son tres buenos ejemplos. Aquí me recuerdan a Neleonard, por citar otra banda contemporánea que hace algo similar.

Los temas de resignación amorosa tienen su punto, porque creo que todos más o menos nos podemos identificar con lo que cantan: Lágrimas de San Lorenzo o De novios también representan bien ese lado ácido de Los Lagos de Hinault.

Pues eso, que han vuelto a hacer otro gran trabajo y yo que me alegro, porque desde hace años se han convertido en uno de los grupos más interesantes del indie-pop nacional.

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