Beach Bunny

El jueves pasado quedé con mis amigos para cenar e ir al concierto de Él mató a un policía motorizado y esa noche me hablaron de Beach Bunny. Que si me gustaba el disco, me preguntó Fonsi. Y yo que ni idea. Era la primera vez que escuchaba ese nombre y busqué alguna canción en youtube, mientras apuraba la cerveza previa a entrar al garito. Escuché unos buenos guitarrazos y la voz de una chica de Chicago que, de entrada, me gustaron. Casualidad de la vida al día siguiente en el despacho encontré en exystence su disco Honeymoon para descargar y me puse con ella.

Y ya todo el fin de semana con sus canciones en la cabeza. Honeymoon es un álbum muy completo y refleja muy bien el espíritu noventero de Beach Bunny. Guitarras e indie-rock no es una fórmula nueva y en estos últimos año parece haber vivido una segunda juventud de la mano de artistas como Waxahatchee, Vagabon o Mitski.

De todos modos, Beach Bunny saca a relucir dos facetas en este disco, la más evidente es la del indie-rock sin concesiones que, en mi opinión, es donde mejor está y que debe ser pura energía en directo. Ahí destacan cortes como Cloud 9, Dreamboy, la divertida Cuffing season o, mi favorita, Ms. California donde se acerca a las canciones veloces del primer disco de Bleached, aspecto que me ha encantado.

Pero hay una segunda medio oculta entre guitarrazos en este Honeymoon de Beach Bunny, y es que en temas como Promises, April o Colorblind entran en juego guitarras perezosas y riffs con aires africanos que me han recordado a bandas como las londinenses Sacred Paws o al pop más comercial de la francesa Pi Ja Ma (ese inicio de Promises me ha recordado muchísimo).

Estas dos vertientes hace que sea un álbum que se te pase en un santiamén y que no se estanque, de hecho solo en Rearview levanta un poco el pie del acelerador para dejarnos un corte precioso con un final de corte rabioso en letra y música (I'm sorry, I'm trying, I hate it when you catch me crying). En definitiva, una buena carta de presentación de la artista de Illinois.