Hace un par de años conocí a Soccer Mommy casi por casualidad, acababa el año 2018 y entre las listas de lo mejor del año aparecía constantemente su álbum Clean, así que no tuve más remedio que escucharlo y, gracias a dios, agradecer ese descubrimiento.
Sí, Soccer Mommy, o lo que es lo mismo Sophie Allison, ha vuelto a hacer un disco precioso, Color Theory, tirando de la misma fórmula pero un poco más introspectiva (si cabe). Ella misma explica que en este trabajo explora con mayor profundidad conceptos como la tristeza o la depresión, algo que se puede apreciar en letras como Royal screw up, crawling in my skin o Yellow is the color of her eyes, porque se enfrenta a sus propias sensaciones de pérdida o vacío.
Su música sigue la línea del anterior y de otras artistas americanas que han ido recuperando el indie-rock noventero, Waxahatchee o Vagabon en canciones como Bloodstream o Circle the rain, por poner un ejemplo; pero con un toque más relajado y evitando siempre los guitarrazos y la crudeza y eso que ha grabado con la banda en directo en el estudio, quizás lo que más abunde sean canciones algo más cercanas a Big Thief, como Night swimming o gray night.
La verdad es que no es el disco que querrías para animarte y que en estas tardes de invierno pega mucho su escucha, pero lo que es innegable es la calidad y el talento de Soccer Mommy a la hora de componer canciones y para eso tenemos la maravillosa Lucy.
Mejor no comentar la horrible portada del álbum o la foto de bandcamp, que debe ser algún tipo de contrapunto a su música, porque la verdad es que no tienen nada que ver el continente y el contenido. Supongo que será un aspecto más de ese mundo de tristeza y depresión al que canta y que, a veces, todos enmascaramos tras un muro de alegría que no representa lo que sentimos por dentro, como canta en Up the walls.
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