Esa impresión tiene mucha gente, lo tengo comprobado. Pero en realidad, eso no es así, y hay ejemplos más que de sobra para comprobar que las bandas de pop no solo cantan al amor, si no que miran a su alrededor y se hacen eco de las dificultades que atraviesa el resto de la sociedad -y que también les afecta, obviamente.
En una ocasión un amigo me dijo que lo único bueno de la crisis es que vuelve el punk. Menuda realidad. En esta aguda crisis hemos visto como varios grupos de jóvenes se han retorcido en lo más profundo de las salas de concierto por media Europa. Y un caso especialmente relevante es el de España -donde nos ha afectado bastante más la crisis, al menos a los jóvenes.
Si estábamos acostumbrados a leer en prensa las opiniones políticas de Calamaro, Loquillo o Lapido pero poco más, en los últimos años varios grupos se han ido haciendo eco de los problemas sociales y de curro de los jóvenes españoles. Por ahí andan Los Punsetes con sus tecnócratas dando cera a los políticos, o Triángulo de Amor Bizarro con Lo hispano marcha/la banca paga, o Los Nastys gritando que Madrid es un cementerio, o Juventud Juché con Dispara.
Las bandas al fin y al cabo están viendo como todo el mundo anda jodido, desahucios, recortes en educación o sanidad, dependencia ... colegas y colegas que se marchan a Inglaterra o a China a buscar trabajo porque aquí no hay nada ... No sé si es comparable con la etapa Pre-Thatcher en Inglaterra, pero aquí la crisis ha golpeado fuerte y los jóvenes hemos salido peor parados.
Todo este rollo, es para presentar la nueva canción de The Radio Dept. La primera que sacan en 4 años. Y es que el trío sueco llevaba un tiempo desaparecido. Yo, la verdad, es que nunca les llegué a coger el punto, y me ha costado mucho escucharme sus discos del tirón, pero mira, ahora me han sorprendido para bien con un tema político, comprometido y lo que es más extraño para mí, donde la electrónica de sintetizadores y samplers tiene un gran peso.
Death to fascism es el título, y conmemora este Septiembre las primeras elecciones democráticas de Suecia en 1910. Para este tema tan raro, pero que suena tan bien, han elegido un lema histórico del partido comunista croata Smrt Fasizmu, Sloboda Narodu (muerte al fascismo, el poder para el pueblo), y lo repiten durante todo el tema, jugando con una voz robótica y repetitiva, una buena base de percusión, la aparición esporádica de algunas notas con la guitarra y coros fantasmagóricos.
Pues eso, para el que crea que el mundo del indie está alejando de la realidad política y social, aquí va un ejemplo de compromiso total.
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