miércoles, 7 de octubre de 2015

Deerhunter

La banda de Bradford Cox es una auténtica debilidad para mí, lo reconozco. Pero es que Deerhunter se empeñan en que siga siendo así porque son incapaces de hacer un disco malo. El que tiene talento, lo tiene y punto.

Y mira que es difícil llegar al nivel que mostraron en Halcyon Digest e incluso en buena parte de Monomania, pero con su nuevo trabajo Fading Frontier no se han quedado atrás y les va a dar de sobra como para ser uno de mis discos favoritos del año.

Reconozco que me dejaron algo descolocado cuando escuché hace meses Snakeskin el primer adelanto del álbum, y es que las salió un tema entre el pop y la new wave bastante bailonguer lo cual me sorprendió en ellos. Me costó pillarle el punto al tema, pero ahora me parece un temazo, la verdad.

El álbum de los de Atlanta no sigue esos derroteros del single y en parte recupera el sonido más pop y suave de la banda. Algo con lo que me enamoraron en Halcyon Digest y que también me entusiasmó cuando les ví en directo en el Primavera Sound. De hecho, si tuviera que dar una etiqueta general al disco -y no me gusta nada dar etiquetas- es un disco de pop. Seguro.

En una entrevista leí a Cox decir que en este disco habían salido a relucir todos los sucesos que habían marcado su vida en el último año, empezando por un grave accidente de coche que casi se lo lleva por delante y también su aparición cinematográfica en Dallas Buyers Club. Él reconoce que es su disco más íntimo y personal, donde cuenta más cosasd que le preocupan de su vida diaria.

Creo que es cierto porque se nota en las letras como por ejemplo en la genial Living my life sin ir más lejos. Ya he dicho que el sonido se ha vuelto más pop en este trabajo, así que temas de sucias guitarras punk como encontrábamos en Monomania no tenemos, de todas formas hay algunas como All the same o Duplex Planet en las que nos recuerda más a Halcyon Digest y parecen más elaboradas -o al menos, con más arreglos.

Cuando se pone melancólico es cuando acierta de pleno como en la maravillosa Breaker -creo que es mi favorita del disco- o en Take Care, una dulce balada donde las guitarras más limpias al estilo Real Estate hacen acto de presencia al principio y una bonita tormenta sonora propia del dream-pop remata la canción. Al final decide cerrar con Carrion, un buen tema de perfecto pop que deja bien claro cuál era el sonido de este álbum.

Otro discazo más que se suma a su cuenta. Y que no pare Deerhunter.

No hay comentarios:

Publicar un comentario