Hay gente que tiene un don especial para conectar con el público cuando hace música, es el caso de Richard Hawley. Y no piensen que es especialmente simpático sobre el escenario, ni especialmente hablador. Es más, apenas se dirige al público durante sus conciertos, pero su música ya habla por él. No se necesita mucho más cuando haces cosas tan bonitas como las que él hace.
Desde hace ya unos cuantos años, Hawley no falla con ninguno de sus trabajos. Ha ido reuniendo a un público bastante fiel alrededor y la crítica le respeta de forma monumental. También le respaldan las ventas por cierto, sobre todo en su Gran Bretaña natal.
Standing in the sky's edge fue su anterior trabajo (2012) y a mí resultó maravilloso, con él le vi girar y fue aclamado con enorme éxito. Probablemente no repita ese exitazo con este Hollow Meadows de 2015, porque no resulta un directo tan directo, pero sin embargo es un álbum genial y sobrecogedor. Tiene alguna lagunilla, pero en general vuelve a hacer un gran trabajo el de Sheffield.
Ni que decir tiene que el ex de Pulp no hace nada ni medianamente similar a lo que hacía esa banda, la música de Richard Hawley en solitario es mucho más relejada y seria. La guitarra se convierte en una extensión de sí mismo, otorgando gran elegancia a las canciones (en directo lleva un armario lleno de guitarras que va cambiando según la canción).
En Hollow Meadows el de Sheffield muestra su faceta más crooner y nos regala más baladas que poderosos temas guitarreros, eso a lo mejor le resta fuerza al álbum y por eso no es tan directo como su predecesor, pero no es ningún problema porque con las lentas Hawley se maneja perfectamente.
Hay temas que sí que conectan más con su último trabajo y que, por cierto, han sido los dos primeros sencillos elegidos Which way y la maravillosa Heart of Oak -también me encantó el vídeo. En estos temas aparecen unas pesadas guitarras que dan empaque a los temas que le quedan redondos.
En el lado más tranquilo encontramos esas referencias a crooners de los 50 y 60 en temas preciosos como I still want you -que abre el disco-, Sometimes I feel, o la balada jazzística que es Serenade of Blue con la que te atrapa susurro va susurro viene.
Pues eso, no va a tener el éxito del anterior porque es más inaccesible, pero no será porque no lo merezca porque Richard Hawley ha vuelto a hacer un enorme álbum, y ya van ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario