Llevo ya casi dos semanas, desde que salió el 1 de mayo, el A tear in the fabric de Devon Williams y, la verdad, es que mi crónica hubiera sido muy distinta si la hubiera hecho solo en las primeras escuchas. Al principio me pareció un disco muy complejo y donde se tocaban demasiados palos, no lo veía muy coherente y, reconozco, que me costó muchísimo entrar en él. Pero, ay, una vez que va creciendo y lo vas oyendo detenidamente, Devon Williams se hace enorme en los altavoces y te das cuenta que será uno de los mejores discos pop de este año.
No esperéis aquí un disco de melodías redondas, estribillos pegadizos y guitarras cristalinas. No, no es un disco para el mainstream. Yo había escuchado ya A tear in the fabric, el tema homónimo que fue el primer sencillo que sacaron. Un corte de pop contenido entre el power-pop y la new wave de los 80. Algo así como la música etérea que hicieron The Cars en los ochenta. Es una de las mejores canciones del álbum, sin duda, pero hay detalles que llaman la atención: los efectos de producción, la slide-guitar tan típica de la música americana rock y country de los setenta y un sampler final de "No more Rock and Roll", ese clásico rockero al piano de los 70 que hizo Clifford T. Ward.
Pero si este corte tiene tantos matices, imaginaos el disco completo. De hecho, me llamó mucho la atención la apertura con Followed me back, donde comienzan con un tema obscuro que se acerca al post-punk de los ochenta de bandas como Echo & The Bunnymen, algo que se repite durante todo el álbum en otros cortes geniales como Snake in the grass o Borderline, otro de los momentos fuertes de este trabajo.
Sin embargo, lo que más abundan son los cortes de indie-pop con sabor a new wave y ahí es donde saca Devon Williams todo su talento a relucir: voces, coros, guitarras y pedales y unos teclados muy ochenteros: Out of time es tremenda y nos vuelve a dejar esos detalles new wave, igual que en In Babylon donde nos sorprenden de nuevo con ese slide-guitar tan country que te deja con la cara a cuadros. Incluso, al final del trabajo, Slow Motion y Circus World (el segundo single del disco) también están a un nivel altísimo.
Si ya es un disco con muchísimos detalles, pop mayúsculo y teclados ensoñadores, todavía es capaz de dar una vuelta de tuerca más en Domesticated, donde aparece el tema más lento del trabajo y donde suena a los Destroyer de Kaputt. Una maravilla de pop y ritmos de jazz, donde entra en juego un saxofón impresionante.
Desde luego, A tear in the Fabric, es una montaña rusa que no te puede dejar indiferente en ningún momento. Ya os digo que no es un disco nada comercial y que, de entrada, cuesta hacerse con él ... pero cuando empieza a hacerse grande ya es irreversible: es un pedazo de disco.
https://devonwilliams.bandcamp.com/album/a-tear-in-the-fabric
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