Si el otro día comentaba la influencia de Dean Wareham en el último EP de Jason Quever (aka Papercuts), hoy comentaré el caso contrario: la magnífica producción de Quever en el último trabajo de Wareham.
Y es que, I have nothing to say to the major of LA, es el nuevo elepé de Dean Wareham en solitario y hay que decir que le ha salido un trabajo de lo más notable. Con muchos ecos a los discos de su banda Luna y algunos otros guiños con versiones de Lazy Smoke y Scott Walker.
En realidad, a lo que más nos van a recordar estas canciones es a Luna. Y, además, en su mejor versión y es que, cortes como la inicial The past is our plaything, The last word o, la genial, The corridors of power bien podrían ser algunos de los clásicos de la banda de Wareham y Britta Phillips.
Cuando pisa un poco el freno me recuerda un poco a los trabajos de Nacho Vegas, salvando todas las distancias obviamente: Cashing In y As much as it was worth, son un buen ejemplo con esos tonos sosegados, obscuros y unos punteos de guitarra tan finos.
En otros cortes algo más movidos, como Robin & Richard, tal vez le salga la vena más Galaxie 500, su banda histórica.
Sin embargo, conviene pararse en otro de los puntos álgidos de este trabajo, cuando Wareham homenajea a Lazy Smoke con su Under skys y a Scott Walker con su Duchess. Las dos canciones las lleva estupendamente a su terreno y las hace crecer profundamente. Dos versionas más que dignas, desde luego.
Dean Wareham demuestra que sigue en plena forma compositiva y que el talento no le abandona en absoluto, dejándonos un gran álbum y canciones más que notables.
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