En 2019, Laura Kovic tenía ya preparadas las canciones que darían forma al primer disco de Fortitude Valley, su nuevo proyecto, pero la pandemia llegó en 2020 y su salida se postergó, así que le dio tiempo a darle muchas vueltas, cambiar algunos cortes y escribir otros nuevos durante este tiempo. Finalmente en noviembre de 2021, Fortitude Valley, el disco homónimo es una realidad. Menos mal, porque es un álbum de lo más disfrutable.
Laura Kovic había sido teclista en una de esas bandas de indie-pop que, a principios de la pasada década, tanto me gustaron: Tigercats. Pero, después de ese proyecto decidió comprarse una guitarra y empezar a componer sus propias canciones con ellas. Buena decisión. Para completar la formación llegaron amigos de otras bandas con los que había compartido proyectos y escenarios como Night Flowers o Martha. Y, la verdad, es que hay un poco del sonido de todas estos grupos.
De hecho, el sonido de Fortitude Valley se mueve entre el indie-pop y el punk-pop. El inicio del álbum es arrollador con cortes como Baby, I'm afraid, Wreck o Cassini donde recuerdan a otros grupos que se mueven bien en estos parámetros como The Beths. Pero, también hay margen para cortes más punks y veloces como The Right Thing (Part I) donde más recuerdan a grupos como Martha o The Spook School, algo que sucede en otros temas como
Eso sí, en la segunda mitad del álbum cuando se acercan un poco más al twee-pop nos dejan canciones maravillosas de pop atemporal como It's the Hope that Kills, I won't survive, Forget about me o What you wanted you donde grupos como Allo Darlin' o Camera Obscura te vendrán a la cabeza.
La verdad es que Fortitude Valley han sacado un muy buen primer trabajo, donde todo encaja a la perfección y creo que esa segunda mitad del álbum donde el pop está más presente es un camino interesante para seguir creciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario