martes, 9 de octubre de 2018

Lala Lala

Lillie West es una compositora londinense que, desde hace años, vive instalada en Chicago y que saca trabajos bajo el nombre de Lala Lala. Yo la conocí en el mes de mayo pasado cuando fue en Boston a un concierto de Frankie Cosmos en el que también tocaba Florist de telonera. Una auténtica noche de chicas, con tres de los proyectos más interesantes de la música americana de estos dos últimos años (tal vez metería a Mitski, Waxahatchee y Vagabon para completar este círculo).

Es verdad que el indie-rock, de aires noventeros, sonidos crudos y lo-fi ha ido ganando peso en estos últimos años, y el triunfo de artistas como Courtney Barnett bien lo ejemplifican, pero en este caso, Lala Lala un poco más abierta y ecléctica.

Recuerdo que llegué un poco tarde al directo de Lala Lala y me perdí las primeras canciones, pero el apoteosis final bien mereció la pena, y es que la de Londres bordó un concierto en el que brilló mucho cuando era solo era el primer fogonazo del cartel (Florist aburrió y Frankie Cosmos hizo un directo ma-ra-vi-llo-so).

The Lamb es el título de su nuevo álbum, y en él la propia Lala Lala destaca que surgió en una época un poco paranoica y atribulada de su vida, con episodios muy violentos (para ella y sus amigos), el miedo a salir de casa y la reflexión sobre las decisiones que había tomado durante su vida. Esos momentos un poco amargados que todos nos hemos planteado alguna vez (y, en realidad, que nunca dejamos de pensar).

Así, Lala Lala se saca de la manga temas de crudo indie-rock como Destroyer (un poco de influencia de Sleater-Kiney) o cortes delicados de indie-pop guitarreros como When you die, Spy o Copycat donde nos vienen a la mente artistas como Frankie Cosmos, Alvvays o Waxahatchee.

Pero sin embargo, los dos mejores cortes de The Lamb, son los que más distintos suenan: I Get cut es un tema rápido de aire indie-rock y punk donde saca las garras y nos demuestra que menos melancólica también sabe crear grandes canciones. The Flu, es el tema que más me gusta del disco, quizás por ese aire de indie-pop ensoñador, que me recuerda a la factoría Sarah Records y a bandas como The Charlottes.

El álbum se cierra con otro de esos cortes eclécticos y See you at home recuerda un poco a las girl bands de los sesenta con sus temas más reposados. Eso sí, sin dejar de lado la suciedad propia del rock que ella practica.

En definitiva, se trata de un excelente disco de Lala Lala, con muchos matices y continuos cambios que hace que uno no se aburra escuchándolo.

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