Resulta curioso que un disco como C'est la vie de los americanos Phosphorescent me haya gustado tanto. Y es que no es para nada mi estilo, pero el caso es la banda de Matthew Houck ya lleva dos álbumes de lo más acertados (el anterior: Muchacho es de hace 5 años, 2013).
Yo conocí a Phosphorescent es un concierto en diciembre de 2010, había llegado a Londres de teloneros de The National y allí que me acerqué a ver a los de Brooklyn a la Brixton Academy (menudo frío y qué nevada cayó esa noche).
El caso es que ya tenían cierto renombre en los States, pero a mí su concierto me medio moló sin entusiasmarme demasiado. Por eso, Muchacho, me gustó tanto, porque me sorprendió que me gustase un disco de este chico. Y veo que, ahora, sigue haciendo unas grandes canciones.
Él, aunque vive en Brooklyn también, es de Alabama y hay ciertos toques de folk y slides de guitarras que son marca de la casa y supongo que le vienen de cuna. Eso sí, su música ha evolucionado hacia algo más complejo.
En C'est la vie, Phosphorescent, están de lo más acertados. El álbum tiene toques de tranquilidad y también de épica, como esa Around the horn que empieza tranquila y monótona con el piano pero acaba un final épico y guitarrero al estilo de The War on Drugs. Es algo que se repite en cortes como There from here (más tranquilo) o Christmas down under que a doble voz es un tema más americano, que bien podría ser una balada de Alejandro Escovedo. O la bonita My beautiful boy que es un medio tiempo donde tira bien de la guitarra slide.
Pero para mí, lo mejor de este largo está al inicio (hay que superar una horrible intro instrumental) pero C'est la vie, el tema homónimo es una maravilla de inicio contenido y que se abre paso en la espesura. Bien podría parecer un corte de los donostiarras Family, pero construye un tema tan rotundo que acaba explotando en una preciosa melodía y un pegadizo estribillo.
También destaca al comienzo New birth in New England, que es el tema más divertido y juguetón del disco. Phosphorescent se van a los 80 y rescata un tema de aires muy new wave (Orange Juice, Elvis Costello).
La verdad es que es un álbum más calmado que otra cosa, así que conviene escucharlo tranquilamente en casa en este finde de frío y lluvia. Pero que no os engañe tiene grandes canciones.
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