The Frost & The Concrete, es el álbum debut de los británicos Slow Decades. La banda de Newcastle originalmente se llamaron Our Imaginary Friends, pero han decidido (acertadamente) cambiar su nombre.
El disco, que he conocido esta semana, salió el 22 de Diciembre, una fecha perfecta para pasar desapercibido, como, de hecho, ha sucedido. Y es una pena porque es un gran disco, sinceramente.
El indie-pop melancólico y relajado que muestran se mezcla con baladas épicas de piano y voz, y alguna canción donde tiran de las influencias made in Glasgow. A mí en parte me ha recordado a bandas como Northern Portrait o Pale Lights.
Aunque el inicio con Confetti te descoloca un poco, es una canción preciosa donde solo escuchamos voz y piano, la verdad es que se hace raro escucharla de entrada, pero el caso es que funciona y además ya anuncia la presencia de otras canciones lentas como In my room, Crimson & fur y Hesitation -esta última, otra preciosidad al estilo Perfume Genius.
En el tramo medio es donde más acertados están, precisamente en las canciones donde pisan un poco el acelerador -tampoco demasiado. A boy your age, Our end o Margaret Bad Boy son dos buenos ejemplos de indie-pop que nos trae a la mente bandas como Comet Gain. Pero la más destacada, y la que más me ha gustado del disco es The Chaos, un tema rotundo y bien cerrado, donde melodía y voz se funden de manera sensacional.
La canción más rápida es Real Men, un buen tema cercano al C86, algo que podían haber explotado un poco más viendo lo bien que se les da.
En definitiva, un disco que va a pasar desapercibido a buen seguro casi en todos los medios, y que evidencia un gran talento y una música deliciosa.
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