lunes, 11 de enero de 2016

David Bowie


La verdad es que no tenía pensado empezar la semana comentando el último álbum de David Bowie, Blackstar, aunque me lo bajé el jueves pasado y lo he escuchado un montón este fin de semana. Cosas de la vida, hoy arrancamos la semana precisamente con su muerte. Que en paz descanse este auténtico genio de la música, un tipo que siempre me encantó y que supo crear auténticos himnos atemporales que han traspasado las barreras generacionales sin problemas y además adaptándose, cambiando y sin repetirse.

Sería muy difícil quedarse con un disco de Bowie ... no sé, aquel histórico The Rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars tal vez sea el que comercialmente mejor se venda, pero es que es imposible entender la historia de la música popular del siglo XX sin Heroes, Space Oddity, The man who sold the world o Let's dance la verdad.

El álbum epílogo de su carrera (seguro que ahora vendrán miles de millones de recopilatorios, temas que nunca publicó, remasterizaciones, directos, acústicos, etc.) Blackstar salió el jueves pasado y como dice su productor es el último regalo del genio.

Un disco que, si escuchas las pistas, ya nos habla de su muerte. Tampoco es algo que me haya extrañado, ya que el año pasado ya anunció que nunca volvería a los escenarios. Algo pasaba, estaba claro, ahora sabemos que era cáncer.

Blackstar es un disco corto, de apenas 7 canciones. Es lúgubre, obscuro y triste y habla mucho de la muerte. No es algo nuevo, son temas que ya han aparecido antes en su discografía, pero ahora ahonda con rabia en ese tema porque ya conocía su más próximo destino.

El tema que lo abre, también llamado Blackstar, son casi 10 minutos de canción que de entrada se le atragantan a cualquiera. A mí el primero. Poco a poco he ido pillándole el puntillo (no del todo) pero es curioso que comience ya colocando una estrella negra en lo más alto.

Después, 'Tis is a pity she was a whore es bastante más escuchable, las guitarras y las secciones de viento se mezclan en el tema más pop del disco. Lazarus, es la resurrección tras la muerte, es el tema que eligió como single y para mí, después de muchas escuchas, es el mejor tema de todo el álbum. Ya lo escuché hace semanas cuando salió (el vídeo que salió después es premonitorio de su muerte) y al principio no me terminó de enganchar, pero conforme más he ido descubriendo el disco, más me gusta este soberbio Lazarus

En el tramo medio se pone algo pesadilla, sobre todo en Sue (or in a season of crime) donde nos vuelve a hablar de la muerte y de los asesinatos, y la canción parece cantada desde ultratumba. Ojo a ese final casi de banda de heavy metal.

Y los dos temas con los que cierra son más asequibles, Dollar days, y especialmente I can't give everything away que es una balada donde juega con los saxos y se pone en modo crooner casi a cantar un tema de jazz. Tal vez sea el único tema que me recuerda a The next day, su anterior disco.

Como he dicho antes, que en paz descanse David Bowie, genio absoluto, artista total e inspiración de millones de personas. D.E.P.

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