Sparklehorse

Hace un par de semanas que anunciaron el nuevo disco de Sparklehorse, Big Machine, que saldrá el 8 de septiembre. Se trata de un álbum póstumo, ya que el artista murió hace ya trece años, eso sí, poco antes de su fallecimiento había dejado casi terminado este disco.

Digo casi porque su hermano y su cuñada han querido completarlo con la ayuda de músicos que grabasen lo que faltaba. En realidad, estaban todas las canciones prácticamente listas, pero su hermano ha reconocido que ha sido un decisión muy difícil ya que se trata del arte de otra persona y que uno nunca sabe pero, de todos modos, si el disco estaba grabado era porque Sparklehorse, Mark Linkous, tenía intención lógicamente de que estas canciones salieran a la luz.

Y menos mal, porque de momento han avanzado dos cortes, la maravillosa Evening Star Supercharger, muy indie-pop, y ese corte sucio y guitarrero que es It will never stop.

La verdad es que estoy seguro que este álbum de Sparklehorse, aunque sea de 2010, va a ser una maravilla absoluta porque el talento y la buena música no entienden de fechas.

Cut Worms

Max Clarke es el nombre que hay detrás de Cut Worms. El artista neoyorquino ya nos sorprendió en 2020 con Nobody Lives here anymore que, en mi opinión, fue de lo mejor de aquel año (tanto me gusta ese disco que se pasó 3 años seguidos en el mp3 del coche sin moverse).

Hoy Cut Worms me ha dado la alegría de la mañana y es que no me había enterado que el próximo 21 de julio saca nuevo disco, Cut Worms, a través de Jagjaguwar y, de momento, ya ha compartido el primer single del nuevo trabajo: Ballad of the Texas King.

El corte es una absoluta maravilla de jangle-pop y música americana. Con ese recuerdo siempre presente a The Beatles o The Byrds, pero con esa querencia por el rock norteamericano de artistas como Alejandro Escovedo. Mención especial merece ese piano que entra a mitad de canción y que es una delicia absoluta.

Tengo ya unas ganas enormes de escuchar el nuevo álbum de Cut Worms.

Triángulo de Amor Bizarro

De vez en cuando, hay semanas que te atropellan y te llevan por delante. A mí me pasa casi todas las semanas pero la semana pasada literalmente me pasó un camión por encima y ahí me quedé. Poco o nada he podido descansar este finde pero aquí estamos de nuevo esta semana en la que tenemos los tribunales de TFM del Máster de Secundaria para ir rematando la faena.

Así que no he tenido mucho margen para escuchar discos, de hecho, hasta hoy lunes no he escuchado nada nuevo. El de Vulpix, tirando de dream-pop que lo tengo que escuchar más, y Sed, el nuevo trabajo de Triángulo de Amor Bizarro.

Y me detengo en Triángulo de Amor Bizarro porque son uno de mis grupos favoritos y porque he disfrutado mucho siempre de sus canciones y de sus conciertos. Así que, en mi blog, tienen preferencia absoluta, que para eso es mío.

La verdad es que Sed me está gustando bastante. Le he dado dos o tres vueltas esta mañana en el despacho y las que llevo esta tarde mientras escribo esta entrada. Igual, conforme vayan pasando los días, voy descubriendo cosas nuevas que me sorprenden, como me está ocurriendo ahora mismo con La Carretera, uno de esos cortes lentos de dream-pop y guitarras shoegazers que estoy deseando escuchar en sus directos. La Fukushima de este disco. Algo que también encontramos en La Espectadora o la ulterior La Condena.

En realidad, es que TAB empiezan dejándonos un poco a cuadros con esa genial Estrella Solitaria. Ahí comienzan a cantarle a la fama y al éxito, y es algo que se repite en el resto del trabajo (tampoco es un tema nuevo, porque ya hemos escuchado sus opiniones al respecto en Estrellas Místicas, por ejemplo). Pero Estrella Solitaria sorprende por sus sintetizadores y sus teclados al más puro estilo New Order, haciendo gala del nombre de la banda.

Eso sí, que nadie se piense que los Triángulo de Amor Bizarro más guitarreros, punkis y reivindicativos no van a aparecer. Si cabe más que nunca. Ahí tenemos esos guitarrazos y esa letra en Él. O esas guitarras duras en cortes como Cómprate un yate, Estrella Antivida, Huele a colonia Chispas (un auténtico trallazo que suena 100% a sus primeros discos) o la tremenda Cripto Hermanos (la secta que adora una tragaperras).

Sinceramente, Sed es otro disco sobresaliente. Como todos los de Triángulo. Ojalá los tengamos con nosotros toda la vida.

Slowdive

Han pasado 6 años desde la vuelta a los ruedos de Slowdive. La banda británica de shoegaze va a sacar ahora nuevo disco y, la verdad, es que se agradece que la banda, a estas alturas, no saque canciones por sacar y se molesten en tomarse el tiempo necesario para crear canciones que estén a la altura de la calidad del grupo.

Recuerdo ver su concierto en el Primavera Sound y que me encantó cómo sonaron. Y es que los de Reading siguen en forma y eso les ha llevado a buenas críticas, no solo en prensa, si no también por parte de sus fans.

El próximo 1 de septiembre lanzarán Everything is alive donde expondrán algunos temas más optimistas, según comentan la propia Rachel Gosswell  y Neil Halstead. De hecho, aunque tienen en mente la muerte de algunos familiares, ellos mismos reconocen que no se veían cómodos haciendo un disco oscuro.

En concreto, ya han avanzado kisses, un tema precioso donde juegan con los sintetizadores y una melodía más pop. A mí me ha recordado un poco al sonido de Motorama. Lo que tengo claro es que la canción es una maravilla y, ojalá, el resto del disco suene parecido. Tendremos que estar atentos.

U.S. Highball

Si tuviera que definir este final de curso, la verdad, es que me cerraban el blog. Tanto es así que ni me había dado cuenta que los escoceses U.S. Higball sacaban nuevo álbum: No Thievery, Just Cool.

Al principio he pensado que había salido un poco por sorpresa. Pero no. No, han sacado hasta tres sencillos de adelanto. Y yo sin enterarme.

Cierto es, que el dúo de Glasgow formado por Calvin Halliday y James Hindle, van casi a disco por año y ese ritmo se hace difícil de seguir. Pero bueno, su jangle-pop, brillante y cercano al power-pop siempre es una buena noticia aquí. De hecho, el disco se abre con See you in hell donde tiran de un power-pop más desenfadado que recuerda a sus vecinos de Dropkick o The Boys with the Perpetual Nervousness, algo que también ocurre en cortes como ese genial Irresponsible Holiday o el espectacular medio tiempo que es Big, Strange, Beautiful Hammer, para mí la mejor canción de este trabajo de U.S. Highball.

Pronto vuelven a las canciones de dos minutos. Pop perfecto, guitarras al más puro estilo Camera Obscura, teclados y coros. Una fórmula que recuerda a su primer álbum (mi preferido) Great Record. Así encontramos London Colin, Adjacent Donovan, la preciosa Rochelle con esos coros tan sixties, Paris 2019 con ese saxofón impresionante y ese teclado juguetón o esa balada de pop tranquilo, al estilo Belle & Sebastian, que es Marjorie says.

Como decía antes, nuevas canciones de U.S. Highball siempre serán bien recibidas en esta casa y más cuando les sale una colección de canciones tan bonitas.

Tough Age

Hace casi mes y medio que Gonzalo, de bobo integral records, mandó a cada el vinilo de Waiting Here de los canadienses Tough Age. Yo había hecho el pre-order, claro, pero hasta que no ha llegado la fecha de lanzamiento no quería adelantarme a comentar el álbum. Bueno, el pedazo de álbum, porque este trabajo va a ir directo a lo mejor del año y de la década.

Tough Age toman el testigo del sonido indie-pop que, últimamente, esta llegando con fuerza desde Canadá: Ducks Ltd. o Alvvays son un buen ejemplo. De hecho, las canciones más punk-pop y guitarreras de este trabajo, como Give it a day o Hideaway suenan cien por cien a Ducks Ltd. o a bandas C86 como The Wedding Present o The Pastels. Incluso, me encanta esa genialidad que es Paradise by Another Name donde se acercan a The Shop Assistants o al cuddlecore noventero de grupos como Heavenly o Talulah Gosh.

Pero lo interesante de este Waiting Here es que los de Vancouver beben de lo mejor del kiwi-rock, las bandas Flying Nun o el college radio pop americano de los 90 y lo plasman en sus canciones con mucho desparpajo. Cortes como la apertura In a garden, Getting closer o, la oscura, Narrative text recuerdan a ese pop guitarrero de grupos como Yo La Tengo o The Feelies. 

Aunque lo mejor, en mi opinión es cuando tiran de guitarras jangle e indie-pop y nos traen a la memoria a grupos como The Bats, The Clean o los primeros REM. Ahí tenemos esas maravillosas Scattered, Time & Again (el primer corte que avanzaron de este disco y con el que me convencieron para hacer el pre-order) o, la homónima, Waiting Here con la que cierran un disco brillante.

En definitiva, este Waiting Here de Tough Age contiene los ingredientes perfectos para ser el disco del verano. Así que apoyadlo y ponedlo en la radio del coche mientras bajáis las ventanillas al volver de la playa.

Comet Gain

A principios de mes de junio, desde Tapete Records sacaron un disco recopilatorio de b-sides y canciones sin publicar de Comet Gain que han titulado The Misfit Jukebox. Y, como para mí, son uno de esos grupos absolutamente imprescindibles (y nunca lo suficientemente valorados) pues no podía hacer otra cosa que no sea escucharlo con detenimiento.

Especialmente porque, en muchos casos, se tratan de canciones creadas en sus mejores momentos y que, por lo que sea, se quedaron fuera de sus discos. Y más de una y de dos bien merecían haber entrado.

Ahí está esa entrada con The Weekend Dreams en modo C86 y ese indie-pop de Pinstriped Rebel o Post USA, medio new-wave, medio cuddlecore que me han recordado tanto a grupos como Heavenly.

Es verdad que, Comet Gain, meten aquí 17 canciones y que hay un poco de todo, b-sides, demos, versiones primerizas que se fueron puliendo, etc. En realidad, lo que más destaca de estas canciones es cuando se ponen en modo pop: las guitarreras Like a Sparrow, Never Die o Herbert Huncke pt. 3 (con ese rollo de psicodelia setentera) o las más indie-pop como, Even this could be beautiful, donde me recuerdan al sonido sencillo de grupos como Voxtrot, la maravillosa, When?! donde me encanta ese teclado tan Camera Obscura y, sobre todo, la tremenda Your Just Lonely que me parece un tema absolutamente sobresaliente y donde encuentran esos medios tiempos pop que tanto les han caracterizado siempre.

Quizás de las diecisiete canciones yo hubiera dejado solo 9 o 10 y les hubiera salido algo más redondo. Aunque también entiendo que este era el momento y el lugar indicado para dar salida a un material que, de otro modo, nunca se publicaría.

En cualquier caso, siempre es una alegría encontrar canciones de Comet Gain en el camino. Ojalá que siga siendo así por mucho tiempo.

Mo Troper

Es un jueves-viernes aquí en Murcia, que mañana es festivo regional. Yo estoy hecho un lío con mil cosas pendientes pero deseando parar estos 3 días. Además, el sábado tocan La Paloma y tengo ganas de verles después de sacar el discazo que sacaron este año (ya los vi dos veces el año pasado sin el disco y fueron geniales).

Hoy seré breve porque, entre otras cosas, entre la semana pasada y esta he estado a mil por hora con la organización de un congreso en la Facultad y apenas he podido escuchar alguna novedad. En concreto, ninguna.

Así que traigo este single de lanzamiento del futuro nuevo elepé de Mo Troper. El cantante de Portland hace uno de esos power-pop deliciosos que se fijan en los grupos de los setenta como Cheap Trick o The Cars. La voz finísima me recuerda al disco de Painted Shrines y las guitarras de For you to sing me han traído a la cabeza a grupos como Young Guv.

Apenas dura un minuto y treinta segundos, pero suficiente para apreciar el talento de Mo Troper y para que dentro de poco la incluya en el recopilatorio de verano

Dropkick

Andrew Taylor es casi un fijo del blog. Tanto con Dropkick, como con The Boys with the perpetual nervousness. Dos proyectos de guitarras cristalinas y melodías power-pop de esos que da gusto escuchar.

The Wireless Revolution es su último trabajo como Dropkick y, de nuevo, nos deja una gran colección de canciones. En el mes de junio o julio del año pasado estuvo en La Yesería y fue una maravilla verle en directo (era mi primera vez). Y, bueno, con estas nuevas canciones, estoy deseando verle de vuelta por aquí.

El inicio nos trae lo mejor del power-pop de los 90. Ese medio tiempo Don't give yourself away o esa guitarrera Telephone, bien podrían haber venido firmadas por los mejores Teenage Fanclub. En general, ese brillante power-pop es lo que más encontramos en este trabajo. Ecos de grupos como Telekinesis o I was a King aparecen en cortes como Unwind, It could finally happen, Wouldn't know why (quizás lo mejor de este trabajo) o Ahead of my time.

También hay hueco para canciones más lentas, como las bonitas The Rolling Tide o Clouds, que recuerdan a esos grupos de jangle-pop de los sesenta y setenta.

En definitiva, como a veces digo, un disco que no va a reinventar la rueda a estas alturas, pero que cuando está bien hecho, se disfruta muchísimo.