viernes, 29 de octubre de 2021

Rural France


Este viernes estaba señalado en el calendario. Como siempre el final de octubre y principio de noviembre es época de lanzamientos discográficos de cara a la campaña de navidad. Y esta año no ha sido diferente: se me acumulan discos que me han gustado como el calmado trabajo de Dinner, el interesante giro synth-pop de Parquet Courts o esa maravilla garagera que han hecho The Courettes.

Pero, hoy salían dos álbumes a los que yo les voy a prestar especial atención, por un lado lo nuevo de Fortitude Valley y, por otro, el nuevo trabajo de Rural France: RF.

Y me detengo en este último porque, aunque ya había escuchado algunos adelantos que me habían gustado, el disco completo ha superado bastante las expectativas que tenía sobre él.

Rural France son Tom Brown y Rob Fawkes que, en 2017 decidieron dejar el lío de Londres por el campo en Wiltshire, una zona rural en la campiña inglesa entre Londres y Bristol. Allí llegaron con sus demos y ganas de hacer canciones, en 2018 editaron su primer álbum y, más tarde, un EP. Pero de aquella época salieron muchas más canciones a las que han ido dando forma. De hecho, ellos mismos comentan que la mayoría de estas canciones de RF se compusieron durante la ola de calor del verano de 2018 cuando estaban escuchando mucho a los Beach Boys y a Brian Wilson.

Y eso se nota en el álbum de Rural France, porque hay cortes como la inicial Clementine o la final Always a Girl que son puro sonido Beach Boys, eso sí, aderezados con sintetizadores juguetones (algo que aparece en casi todo el disco, como en Won't come running again).

Y bajo ese filtro surf, nos dejan un buen puñado de canciones grabadas en su propio garaje y con una producción DIY que me encanta porque le da un punto interesante y sucio a las canciones, pero lo suficientemente profesional como para que no suene a chatarra averiada.

Las guitarras que rugen, las buenas melodías y el power-pop predominan en este disco. Algo así como unos Guided by Voices si hubieran sonado en los sesenta. El corte que mejor representa esta mezcla en el álbum es ese maravilloso Teenage Tom Petty

Pero encontramos mucho de los sonidos noventeros en canciones como el genial power-pop de Housepipe Ban donde se acercan a los Teenage Fanclub de Bandwagonesque, los primeros Telekinesis o el último disco de The Boys with the Perpetual Nervousness, algo que sucede también en canciones como la rockera Half a Heart, Resident Comedian o Stolen Beer.

Pero también hay hueco para sonidos más indie-rock de los 90 como en Sling Yr Hook, Runner-Up o You haven't been in love donde grupos como Guided By Voices o Built to Spill son sus referencias.

En mi opinión, Rural France es una de las grandes sorpresas del año y un disco que me da que voy a escuchar mucho estos próximos meses.

jueves, 28 de octubre de 2021

La Luz


Recuerdo haber comentado en el blog el adelanto del anterior álbum de La Luz, Floating Features de 2018, y ya en su día me sorprendió mucho el cambio desde el garage hacia esas guitarras surf perezosas que bien parecen sacadas de un western de Tarantino.

Tres años después y ya afincadas en Los Ángeles (ellas son de Seattle), La Luz nos dejan su disco homónimo donde han seguido esa línea de pop psicodélico setentero, guitarras surf y riffs fronterizos que hacen de su sonido algo adictivo.

Es cierto que en la primera mitad  del álbum, La Luz se decantan por canciones más bien reposadas y fronterizas que, probablemente, no se te peguen a la cabeza a la primera, como In the Country, Oh Blue o Goodbye Gohst, pero que son muy interesantes. Incluso, meten alguna instrumental como Yuba Rot que, tal vez, ralentiza un poco el trabajo y no le permite despegar. Solo Watching Cartoons parece desperezarse un poco.

Pero, en la segunda mitad del trabajo, cuando La Luz pisan un poco el acelerador se nota la gran calidad que tienen. En Metal man se meten de lleno en el pop psicodélico de los setenta, algo que me ha recordado a los últimos discos tan buenos de Dum Dum Girls. En I won't Hesitate y la bonita Down the Street, sin embargo, entran en los sonidos de los girl groups de los sesenta y el folk de los setenta y nos dejan, en el último, el que quizás sea el mejor corte de este trabajo. 

El final del disco, con Spider House, se despiden con otra instrumental que recuerda al rock psicodélico de The Animals.

Tal vez, cueste un poco hacerse a su sonido, porque no es para nada comercial, pero la calidad y el talento de La Luz están presentes en este trabajo tan interesante.

martes, 26 de octubre de 2021

Dummy

 

La banda de Los Ángeles, Dummy, sacó el año pasado un par de adelantos en formato cassette que obtuvieron unas muy buenas críticas. Por eso se fijaron en ellos desde Trouble in Mind Records que, ahora, les han publicado el primer elepé: Mandatory Enjoyment.

Y, desde luego, que se disfruta este primer trabajo, porque es una absoluta maravilla. Eso sí, Dummy no nos lo ponen nada fácil de entrada con esa intro fantasmagórica que es Protostar, con coros muy de canto gregoriano, y con el shoegaze obscuro de Fissured Ceramics que se repite durante todo el trabajo en canciones como Tapestry Distortion o las finales Aluminum in Retograde y la minimalista Atonal Poem.

A partir de ahí el álbum comienza a tomar pulso y nos encontramos con algunas canciones muy notables que mezclan noise-pop, shoegaze a base de teclados y mucha psicodelia. Lo primero que me ha venido a la cabeza cuando escuchaba cortes como Final Weapon (ese inicio de puro free jazz africano), H.V.A.C., con ese teclado divertido y muy indie-pop, X-Static Blanket (más psicodélica) o Cloud Pleaser ha sido la música de Peel Dream Magazine, menos mal que los propios Dummy los citan en su bandcamp como una de sus referencias.

La verdad es que casi todo en este disco me resulta de lo más interesante pero reconozco que, cuando juntan el noise-pop, los teclados psicodélicos y una buena melodía pop, es cuando más acertados están. Quizás sea su lado más accesible para el gran público y un camino que quieran transitar en el futuro, quién sabe. En Punk Product #4 y en la, absolutamente genial Daffodils (quizás lo mejor del álbum), se acercan al punk de Flyying Colours con esas guitarras indie-rock, capas de teclados y una melodía muy pop.

Dummy han hecho realmente un álbum para disfrutar como nos sugieren en su título. Buenas canciones sobre lo absurdo de la vida moderna, los problemas ambientales, el consumo desmesurado o la ansiedad que nos genera la pandemia. Atmósferas sonoras a base de sintetizadores y guitarras pasadas por la batidora del indie-pop.

lunes, 18 de octubre de 2021

Lala Lala

 

En 2018 conocí a Lillie West por casualidad. Bueno, en realidad como he conocido mucha música en mi vida: en un concierto. Estaba por trabajo en Boston y fui a The Sinclair (una mítica sala de conciertos de la zona) a ver a Frankie Cosmos. Le teloneaba Florist (que ya la conocía) y Lala Lala, de la que no sabía nada, pero que me convenció desde el primer acorde.

Lala Lala sacó ese mismo año The Lamb, un álbum que me encantó. Y, hasta ahora, yo no había vuelto a saber de ella. La semana pasada escuché I want the door to open, su nuevo álbum y me quedé muy sorprendido.

El cambio en su sonido es enorme y, aún así, me está encantando el disco. Nada del indie-rock low-fi de sus anteriores trabajos. No. Ni siquiera se preocupa por unas melodías pop que puedan funcionar. Este álbum es mucho más esquivo, pero es una absoluta maravilla.

Tiene presencia una suave electrónica que lo inunda todo de teclados y un ambiente dreamy sobrenatural. Desde el inicio con Lava este nuevo camino queda ya marcado y la artista de Chicago se permite crear juegos vocales en Photo photo o cortes sintéticos como en Bliss Now! donde se va hacia un sonido algo más Sufjan Stevens, como en la calmada Straight & Narrow.

Eso sí, es en los cortes un poco más pop donde destaca del todo: Castle Life y Beatiful directions son una buena muestra, aunque quizás sea DIVER la canción más brillante del disco y la más épica. Mete unos saxofones (lo hace en varias canciones) que recuerdan al sonido de Destroyer, algo que me ha gustado mucho.

El final del álbum, con los amables pianos finales de Plates donde colabora Ben Gibbard, se corona con Utopia Planet donde colabora su propia abuela.

En mi opinión es un esfuerzo enorme de buscar nuevos caminos y sonidos para Lala Lala, pero sale enormemente reforzada porque es un álbum de lo más interesante.

jueves, 7 de octubre de 2021

Cindy

 Hace ya unas semanas que he estado muy atento a la salida del nuevo álbum de Cindy, 1:2. En realidad, yo nunca había escuchado nada del proyecto musical de Karina Gill, pero varios artistas de San Francisco recomendaban muy encarecidamente su nuevo trabajo y, claro, hay que seguir los buenos consejos.

Llama la atención que Karina contase que ella aprendió a tocar la guitarra porque se encontró una Stratocaster medio rota y envuelta en precinto en el sótano de la casa que alquiló y que sería de un anterior inquilino. Pero, aunque ya no usa esa guitarra, Cindy necesita bien poco para crear una colección de canciones hipnóticas: una guitarra, un sintetizador y una batería.

1:2 es un álbum melancólico, sin duda. Ahora leía en exystence.org que era un disco de otoño, para cerrar las cortinas y pensar en el verano que acaba de terminar. Esa descripción la va como anillo al dedo, porque hay cortes donde el teclado y la voz de Cindy crean una atmósfera muy relajada como en la genial apertura The Common Era o en To be True (que son dos cortes que suenan mucho a vals), en Song 36, en The Lost Dog o en la final Deers in Japan (muy en la línea de la preciosa portada que han hecho para este disco). La verdad es que está faceta tranquila me ha recordado mucho a la Christina Rosenvinge de La Joven Dolores, aunque dudo mucho que sea una influencia conocida para ella.

Eso sí, también hay cortes donde, con poco, abraza decididamente el pop y es lo más destacado del álbum: My friend, la más animada 1:2 que suena mucho al indie-pop de The Tamborines o Party Store, en mi opinión lo mejor del disco y donde más recuerda al sad pop de The Reds, Pinks and Purples, eso sí, sin esas guitarras sucias y descacharradas que mete Glenn Donaldson en sus canciones. El músico de San Francisco ha debido ser una buena fuente de inspiración y, además, ha sido el encargado de hacer el texto para el bandcamp de Cindy.

1:2 es un disco sobresaliente, con pocos ingredientes Cindy han creado una gran receta y las canciones son para degustar lentamente.

martes, 5 de octubre de 2021

Ducks Ltd.

 La primera vez que hablé en el blog del dúo de Toronto, Ducks Ltd., se llamaban aún Ducks Unlimited y era 17 de marzo de 2020, la primera semana del confinamiento total en España por la pandemia. En apenas un año, Tom McGreevy e Evan Lewis, ha sacado un EP genial (que ya comenté en junio) Get Bleak y ahora, oficialmente su primer álbum Modern Fiction.

Y, bueno, menudo primero álbum. Porque Modern Fiction es una maravilla de guitarras jangle, indie-pop ochentero y zarpazos C86. De hecho, las guitarras de la apertura How lonely are you? son puro The Wedding Present y The Pastels o las tremendas 18 cigarettes, Fit to Burst y Rolling Under the Moon suenan a los dos primeros discos de Rolling Blackouts Coastal Fever.

De hecho, las influencias de bandas Flying Nun son evidentes cuando en cortes como la bonita Always There o Sullen Leering Hope suenan a grupos como The Clean o The Bats.

El álbum se te pasa en un suspiro por su ritmo vertiginoso. Y es que no bajan el pistón ni al final del disco donde nos dejan dos cortes de puro indie-pop como 'Twere Ever Thus y la preciosa Grand Final Day que es de lo mejor del disco y donde recuperan ecos ochenteros de grupos como The Smiths o The Go-Betweens.

Ducks Ltd. ya se colaron en el primer recopilatorio del año y a buen seguro que estarán también en el segundo cuando llegue diciembre.

viernes, 1 de octubre de 2021

Os Gambitos

Yo he conocido Os Gambitos con el lanzamiento de este EP, pero el proyecto personal de Fabio Bianchini en Brasil tiene ya una amplia trayectoria. De hecho, llevaba 13 años sin publicar un trabajo.

En 2021 se ha atrevido a sacar un EP con cuatro cortes. Se titula Festa na Piscina das Políticas do Pós Modernismo y es bastante interesante. Especialmente en sus dos primeros temas: me encanta esa vibrante Outro Patamar donde se notan sus claras influencias de Belle & Sebastian y de grupos como The New Pornographers, algo que también sucede en la bonita Arquivo donde tiran más por las guitarras C86 de The Pastels.

En las otras dos canciones baja bastante el ritmo y pisa el pedal del freno. Ponto es un tema guitarrero pero lento que me ha recordado a los Television Personalities más introspectivos. Maltesa, sin embargo, parece un corte noventero de cualquier banda de dream-pop y shoegaze, donde los paisajes sonoros le ganan la partida a la melodía, eso sí, sin suciedad ni ruido, todo a base de piano.

Os Gambitos nos deja solo 4 canciones, pero de mucha calidad. Ojalá pronto se anime a hacer nuevo trabajo.