Creo que nunca he comentado a The Silent Boys aquí en el blog. No soy un experto en su discografía porque la banda de Richmond, Virginia, lleva más de 30 años a sus espaldas, eso sí, todo lo que he escuchado de ellos me ha encantado.
Escuchando este álbum, ya desde el primer tema Living in the lion's jaws, dejan bien claro el camino que seguirán, limpias guitarras, ritmos jangle y melodías de indie-pop que bien recuerda a las mejores bandas de pop de los ochenta como The Bats. Algo similar ocurre en la bonita y popera Christine, tal vez el punto álgido de este disco y que bien podría enlazar con el indie-pop de grupos como Acid House Kings o US Highball por citar ejemplos más recientes.
En general esta es la línea que predomina en el disco y nos dejan grandes canciones como Driftwood, Everywhere girl o la más veloz Fantastic Weekend que se acerca más a grupos C86 como The Wedding Present.
Eso sí, también son capaces de crear atemporales canciones pop como la espectacular Sugar House que bien recuerda a los mejores Aztec Camera.
En definitiva, The Silent Boys han hecho uno de esos discos de pop elegante que pasa desapercibido para la crítica pero que es una absoluta delicia.
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