Quizás no es el pop guitarrero que suelo escuchar pero reconozco que soy muy fan de Depresión Sonora. De hecho, creo que he comentado por aquí sus discos, EPs y singles previamente. Aún digo más, en el USB que llevo en el coche ahí se mantienen su anterior disco, El arte de morir muy despacio de 2022 y su EP Makinavaja que salió el año pasado. Joder, y todavía más, se anunció se concierto de febrero en Murcia para la sala Mamba y me pillé la entrada el primer día (en realidad, por si se me olvidaba porque es una sala enorme y no creo que se llene).
En este nuevo disco de Marcos Crespo, que es el motor de Depresión Sonora, sigue poniendo encima de la mesa un sonido oscuro cercano al post-punk más sintético. En La Balada de los Perros, con la que abre el disco, nos deja un corte tranquilo a base de guitarras esquivas, una batería y algunos teclados oscuros, y que bebe de fuentes como Bauhaus, por ejemplo, mientras que en Sin volverme loco, el siguiente corte, tira más de bajos y teclados y se acerca a las canciones más oscuras de grupos como OMD. Algo similar ocurre en No te hables mal donde los teclados ensoñadores, una guitarra que entra en el estribillo y una letra cruda generan un ambiente misterioso y atrayente.
A mí, en realidad, lo que siempre me viene a la cabeza cuando escucho a Depresión Sonora es el sonido de El Último Vecino. Por ejemplo, ese rollo synth-pop ochentero que siempre han llevado los de Barcelona, me viene a la memoria cuando escucho las geniales La Ley del Pobre o Domingo Químico, una de las mejores canciones.
Tal vez esta faceta más pop es la que mejor le sienta a Depresión Sonora. Bueno, no sé, pero por lo menos es la más llamativa y la que más público le va a hacer atrapar. Cómo será vivir en el campo es el perfecto ejemplo de este tipo de canciones. No es la única, que ahí encontramos también la preciosa, Desordenarlo todo que quizás sea la letra más bonita de todo el disco (Ser un humano, una máquina tonta es tan aburrido; Desordenarlo todo, tocar fondo; Revolver mil recuerdos y encontrarme tu foto). Es la mezcla perfecta entre pop y oscuridad: un escala sencilla al teclado, una batería rápida, una guitarra muy de The Smiths y una idea de desolación y angustia que recuerda a otros desórdenes como los de Joy Division o Los Planetas.
Cada vez más, leo a gente en redes que comparten canciones de Depresión Sonora. Me alegro mucho. Lo veo yendo cada vez más arriba en festivales y me alegro todavía más. Entiendo que, por sus letras y su sonido que tiene mucho de la música urbana actual, la gente más joven se pueda identificar mucho con él.
Bravo por este discazo.
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