Aunque son de Toronto, sus dos componentes, Evan Lewis es australiano, mientras que Tom McGreevy, nación en Reino Unido y creció en Estados Unidos. Tal vez esto explique la predilección por sonidos jangle-pop, C86 y power-pop de los 80 que se dejan ver en sus canciones. De hecho, esa apertura con Hollowed Out y Cathedral City (menudo teclado ochentero de entrada) bien recuerda a los punteos y ambientes oscuros de grupos como The Chills. Algo que sucede también en la bonita Deleted Scenes que es de mis favoritas del disco.
Eso sí, cuando las guitarras se desatan es cuando más brillan. Es algo que ya nos encontrábamos en su primer largo.
Ahí encontramos las maravillosas, The Main Thing (en mi opinión, lo mejor de este trabajo), Full Tank of Gasoline, A girl, running o, la preciosa, Harm's Way. Son cortes llenos de vitalidad y guitarras C86 que pueden recordar a bandas como The Pastels o The Wedding Present, a estos últimos especialmente en esa punk On our way to the rave.
Bueno, he dicho que son canciones llenas de vitalidad, pero es trampa. En realidad, aunque sus guitarras sean vibrantes, tensas y su sonido sea pop, ellos mismos reconocen que, en este disco, las letras son bastante más complejas. Hablan de agobio, de angustia, de ver a gente a la que quieres colapsar por la ansiedad que nos crea el mundo.
Sinceramente, si el primer álbum de Ducks Ltd. me encantó, diría que este segundo está, como mínimo a la altura, si no, un poco por encima porque es difícil dejar de escucharlo.
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