Esta semana Alcalá Norte han publicado con Balaunka, su primer álbum homónimo, y bueno, han superado todas mis expectativas (que ya eran altas). El sonido punk y post-punk es oscuro y las letras hablan un poco de todo lo que llevamos para adelante en la vida: la precariedad, la dificultad de pagar el alquiler, nuestra debilidad mental, los agobios o la ansiedad. Pero no os equivoquéis: es imposible ponerles una sola etiqueta.
Hay cortes más tranquilos, como el maravilloso No Llores, Dr. G donde pueden recordar un poco más a los rusos Motorama. Algo parecido sucede con las guitarras y teclados de La Sangre del pobre, que abre el disco de forma magistral, que tiene ese inicio tan Beach House.
Eso sí, también se acercan al pop que, tal vez, sea lo más destacado de este trabajo de Alcalá Norte: Supermán es una pepinazo para hacer saltar por los aires cualquier concierto; La vida cañón es un single como la copa de un pino. Son dos cortes, como dije antes, tremendos y que seguramente les haga ganar popularidad.
Y, como no, también hay cortes más veloces, de punk sintético como Los Chavales, 420N o, el final, con El Guerrero Marroquí, donde me ha venido a la cabeza ese punk canalla y electrónico de La Élite. O, también esa tremenda Langemark, con ese bajo machacón que bien podría ser una canción del último disco de Triángulo de Amor Bizarro.
Pero si hay un detalle que me ha gustado de este trabajo es la libertad con la que fusilan a otros artistas y se llevan las canciones a su terreno. No, no la típica versión. Cogen trabajos como La Ley Innata de Extremoduro para crear La calle Elfo que, particularmente, me parece la mejor canción del disco. O, por ejemplo, toman Cosquilleo de La Paloma para hacer su tema El rey los judíos.
Talento a raudales el de Alcalá Norte en un disco genial que, de hecho, ya se viene para casa, que ayer lo encargué en la web de su sello.
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