lunes, 1 de abril de 2024

Waxahatchee

Tras unos días de descanso por el pueblo en semana santa, vuelvo al blog, aunque justo ahora llegan las fiestas de primavera de Murcia y volveré a desconectar. No, por las fiestas, ya me jode, si no porque me toca otro viaje de trabajo, de nuevo a Estrasburgo y hasta el viernes no vuelvo. En fin.

Pero bueno, paso fugazmente por el blog a hablar del nuevo álbum de Waxahatchee. Katie Crutchfield no necesita ya presentación en este blog porque, desde 2015 con aquel Ivy Trip, han pasado por aquí todos sus discos y proyectos paralelos (incluyendo el año pasado ese disco con Plains). Reconozco que hace ya más de una década que sigo su música, desde que conocí (curiosamente) a su hermana Allison a través de Swearin' la banda que tenía hace más de diez años.

El sonido de Waxahatchee, desde entonces, ha ido cambiando (casi siempre a mejor). Del indie-rock guitarrero se ha ido suavizando hacia el rock y el folk americano. En realidad, algo casi natural, ya que ella es originaria de Alabama. Este cambio, que ya escuchamos en el precioso St. Cloud de 2020, ha continuado en este Tigers Blood.

Un buen ejemplo es la maravillosa Right back to it donde colabora con voz y guitarra MJ Lenderman de los geniales Wednesday, la banda de Ashville que se mueve entre el rock guitarrero y la música americana. De hecho, es en los medios tiempos y las baladas, donde Waxahatchee desarrolla más ese lado folk, por ejemplo en las preciosas Lone Star Lake365, 3 sisters o, la muy Bob Dylan, Burns Out at Midnight. 

Pero, en este disco, también deja espacio para algunas canciones más potentes y guitarreras, en la línea de los citados Wednesday, como sucede en Evil Spawn, Bored, Ice Cold o Crowbar

Realmente le ha quedado un álbum espectacular a Waxahatchee. En Estados Unidos es ya una cantante muy reconocida y, por Europa, todavía la hemos visto poco. Yo, de hecho, nunca la he podido ver en directo y me encantaría.

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