viernes, 28 de noviembre de 2025

Sharp Pins

El año pasado, Kai Slater, el alma mater de Sharp Pins sorprendió a mucha gente con ese genial Radio DDR y su sonido pop sesentero lo-fi. Desde luego, en los últimos años algunos proyectos como The Telephone Numbers o The Lemon Twigs han recogido estas influencias tan jangle (que siempre han estado) pero en lugar de volver la vista hacia los primeros 80, las han vuelto a los sonidos originales de los años 60 y 70 cuando pop y psicodelia hacían furor.

Balloon Balloon Balloon es su segundo trabajo (bueno, el segundo que yo conozco, para ser sincero) y sigue esa misma línea de pop sixtie DIY. Hay poca producción y el sonido es un poco sucio. Ya sabéis que a mí este tipo de proyectos me encantan. Por eso creo que los discos de Sharp Pins me están gustando tanto.

Es cierto, que en este álbum ha colado 21 canciones y que son un montón. Yo quizás hubiese quitado alguna de esos cortes de apenas un minuto al más puro estilo Tony Molina, como Gonna Learn to Crawl, que son casi más proyectos de canciones que canciones en sí mismas. Los interludios quedan un poco confusos aunque dividen el disco, creo que el primer tramo del disco es más jangle-pop, el segundo se fija más en el pop y rock psicodélico, mientras que en el tercer tramo se van más hacia el punk del 77 y los primeros 80 y ahí está esa genial Takes so Long que recuerda a grupos como The Only Ones, The Jam o Television Personalities

Es verdad que, al final se crea una sensación de cóctel raro que no deja brillar sus mejores melodías.

Y buenas melodías, las hay. Con mucho talento. Por ejemplo, esas guitarras de Queen of Globes and Mirrors, Talking in your sleeps, Popafangout y I don't have the heart nos devuelven los mejores sonidos pop de los años 60 y nos recuerdan bandas como The Beatles, The Byrds o The Kinks. O, incluso en las más guitarreras, como (In a while) You'll be Mine o Fall in Love again donde consiguen la mezcla perfecta entre rock y pop psicodélico y se acercan a bandas como The Who o Small Faces.

Esto es lo que más predomina en el universo de Sharp Pins. Y, la verdad, es que nos deja canciones maravillosas como (I wanna) Be your Girl, que suena tan Beach Boys u All the Prefabs (que suena tantísimo al pop de Guided by Voices) y que ojalá las dos tuvieran una mejor grabación porque se iban a ir directas a lo mejor de este 2025. De hecho, creo que a la segunda le falta incluso el final de la canción.

En definitiva, Balloon Balloon Balloon me ha gustado mucho, incluso estando así tan DIY y la calidad de Sharp Pins me parece indiscutible. Imagino que un disco tan artesano, un sonido tan sesentero y con 21 canciones no le llevará a los grandes públicos, pero desde luego a mí me tiene ganado entre sus seguidores.

jueves, 27 de noviembre de 2025

Triángulo de Amor Bizarro

Resulta extraño traer al blog a Triángulo de Amor Bizarro presentando un vídeo de Triángulo de Amor Bizarro, la canción. Pero, en definitiva Bizarre Love Triangle de New Order es la canción de la que tomaron su nombre y me ha parecido un bonito homenaje.

El vídeo me encanta, e incluso, con varias escuchas, cada vez la canción me va gustando más y más. Al más puro estilo New Order, llena de ritmos, sintetizadores y una traducción bastante literal de la letra. Como la original ya es un temazo es difícil que este homenaje saliera mal. Pero es que Triángulo de Amor Bizarro salen más que airosos del trance y han hecho una cosa bonita.

Son las fiestas de la Facultad y mañana no hay clase. Así que se celebra con música, partido de fútbol-sala entre profesores y alumnos y aperitivo post-partido.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Horsegirl

Ayer, escuchando música con youtube en el gimnasio me saltó una canción del último disco de Horsegirl. El trío de Chicago sacó Phonetics on and on en febrero y, curiosamente, no lo había comentado en el blog. Digo curiosamente, porque en los recopilatorios del blog del año anterior había metido ya los dos singles de adelanto: Julie, más indie-pop y 2468 donde coqueteaban con el country americano y nos sorprendían con respecto al disco anterior.

Hay que decir que para este disco, Horsegirl se metieron dos semanas encerradas en el estudio con el productor y artista Cate Le Bon. Se nota. Mucho. Porque en este trabajo que edita Matador han desaparecido casi por completo los sonidos noise-rock más sucios del anterior disco.

Este trabajo es más limpio y, por supuesto, siguen siendo apareciendo los recuerdos al indie-rock noventero de bandas como Pixies, Sonic Youth o Sleater-Kiney. Ahí encontramos ese final guitarrero en Rock City, por ejemplo, o cortes como Switch Over.

Eso sí, es verdad que en esta ocasión Horsegirl introducen nuevos elementos para dar profundidad a su sonido: teclados, sintes o violines van haciendo su aparición en cortes más reposados que son una auténtica maravilla. Así encontramos esa genial In Twos creada a partir de una línea de bajo y una guitarra jangle que repite el riff, pero que se adereza con unos violines de lo más ásperos en el estribillo. Una maravilla.

En realidad, este corazón más pop en sus canciones aparece a lo largo de todo el disco, como en Well I know you're shy o I can't stand to see you, la bonita canción con la que cierran y que podría ser un corte de Allo Darlin' o del último disco de Galore. Además, encontramos canciones donde se acercan al hillbilly y el country americano, no solo en 2468, como comenté antes, si no también en Information Content, por ejemplo. Incluso, a sonidos tex-mex fronterizos, al más puro estilo Calexico, como en Frontrunner.

La verdad es que este movimiento de Horsegirl les hace ganar una nueva dimensión y, probablemente, llegar a muchos más tipos de público. Me alegro por estas tres amigas que por su talento bien se han ganado triunfar con este discazo.

martes, 25 de noviembre de 2025

The Wesleys

Hasta hace un par de semanas yo no sabía de la existencia de The Wesleys. Hasta qué punto no llegaría mi ignorancia que en un reciente post me equivoqué con su nombre y todo, eso sí, desde que me llegó el aviso de que habían editado su nuevo disco, Explosive Device, con Meritorio, he ido escuchándolos cada vez más. Y, la verdad, es que me parece un álbum muy chulo.

The Wesleys vienen desde Montreal en Canadá y lo suyo es el rock garagero, los sonidos power-pop, algunas guitarras jangle ochenteras y baterías punk para acelerarlo todo cuando se necesita. No son fáciles de clasificar porque, por ejemplo, en la inicial Magic Wand me vienen a la cabeza los ritmos de The Feelies, algo que también sucede en Find a way o en la final Get a reaction, pero en las siguientes Explosive Device y Permanent Vacation, el power-pop lánguido noventero me recuerda a grupos como Pavement o The Lemonheads. Este rollo lo encontramos también en la bonita Wrong side of Love donde los ecos a grupos como The Modern Lovers o esa trompeta tan The June Brides se mezclan en una canción que bien podría ser la banda sonora de los últimos días del verano.

De hecho, el indie-rock noventero también me ha venido a la cabeza en Anxiety Attacks donde, quizás, se acercan más a grupos como Pixies. En realidad es algo que encontramos más en la segunda mitad del disco con canciones prácticamente de 5 minutos cada una (en la primera mitad del disco apenas llegan a los 3 minutos).

Son ocho cortes, pero todos de nivelazo. Si, como me ha pasado a mí, este es vuestro primer encuentro con The Wesleys, creo que os va a molar.

miércoles, 19 de noviembre de 2025

El Diablo de Shangai

Este año he tenido la suerte de poder ver dos veces a los barceloneses El Diablo de Shangai. A mí su propuesta me encanta. Guitarras, rock, gritos, punk, pasajes en los que te hablan o tramos en los que ralentizan el ritmo de las canciones.

Son una montaña rusa hecho grupo de rock. Y eso hace que su energía, su actitud y, sobre todo, sus letras ganen mucho protagonismo.

En el último concierto, que fue en el Antioxidante de Bullas, comentaron que preparan nuevo disco, así que entiendo que Pisa fuerte, la canción que lanzaron la semana pasada formará parte del mismo. 

Quizás sea más calmada de lo habitual en ellos, de hecho, me ha recordado un poco al último disco de Carolina Durante. Algo con lo que no contaba porque realmente a mí su estilo siempre me ha traído a la mente grupos como Fountains DC o Black Country New Road, que suelen ser bastante incalificables, como El Diablo de Shangai.

La canción me ha gustado mucho y, desde luego, ya me tienen pendiente de su nuevo trabajo en cuanto lo saquen.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Strange Passage

La semana pasada salieron con Slumberland dos discos de lo más interesantes. El primero este A folded sky de los estadounidenses Strange Passage. Y el segundo Explosive device de los canadiensesThe Wileys.

Me quedo comentando el primero que es el que más me ha llamado la atención. Strange Passage viven separados, algunos en Boston, otros en Nueva York, pero esta pequeña o gran dificultad no quita para que sus canciones suenen potentes y redondas.

El jangle-pop oscuro que hacen en canciones como Palace behind the shade, Seven gallows on a hill, Golden rule o Hour and the Chime me ha recordado mucho a las guitarras de Johnny Marr en The Smiths, los primeros discos de REM, The Church o, por citar algo más actual, al último disco de The Laughing Chimes.

En realidad, este disco es casi un mini-LP (también lo edita Meritorio Records en Europa) porque contiene 6 canciones. Eso sí, es un concentrado de buenas canciones, porque todas son de un nivel altísimo. En Hunter's Fancy, por ejemplo, tiran más de guitarras veloces y C86 y se acercan a grupos como McCarthy o The Feelies.

Eso sí, como comentan en su propio bandcamp, en sus canciones meten una batería motorik a toda castaña y nos dejan algunos ecos psicodélicos que beben de grupos de los años 70 como sucede en la maravillosa Daylight savings donde se acercan más a The Velvet Underground.

Vale, seis canciones, pero qué canciones tan buenas las de Strange Passage.

lunes, 10 de noviembre de 2025

Depresión Sonora

Pocas veces habré enlazado en el blog tantas entradas casi seguidas de música en español. Pero mira, se han juntado un buen puñado de buenos trabajos este final de año. Hoy vengo con Los perros no entienden Internet (…Y yo no entiendo de sentimientos) de Depresión Sonora.

Quizás no es el pop guitarrero que suelo escuchar pero reconozco que soy muy fan de Depresión Sonora. De hecho, creo que he comentado por aquí sus discos, EPs y singles previamente. Aún digo más, en el USB que llevo en el coche ahí se mantienen su anterior disco, El arte de morir muy despacio de 2022 y su EP Makinavaja que salió el año pasado. Joder, y todavía más, se anunció se concierto de febrero en Murcia para la sala Mamba y me pillé la entrada el primer día (en realidad, por si se me olvidaba porque es una sala enorme y no creo que se llene).

En este nuevo disco de Marcos Crespo, que es el motor de Depresión Sonora, sigue poniendo encima de la mesa un sonido oscuro cercano al post-punk más sintético. En La Balada de los Perros, con la que abre el disco, nos deja un corte tranquilo a base de guitarras esquivas, una batería y algunos teclados oscuros, y que bebe de fuentes como Bauhaus, por ejemplo, mientras que en Sin volverme loco, el siguiente corte, tira más de bajos y teclados y se acerca a las canciones más oscuras de grupos como OMD. Algo similar ocurre en No te hables mal donde los teclados ensoñadores, una guitarra que entra en el estribillo y una letra cruda generan un ambiente misterioso y atrayente.

A mí, en realidad, lo que siempre me viene a la cabeza cuando escucho a Depresión Sonora es el sonido de El Último Vecino. Por ejemplo, ese rollo synth-pop ochentero que siempre han llevado los de Barcelona, me viene a la memoria cuando escucho las geniales La Ley del Pobre o Domingo Químico, una de las mejores canciones.

Tal vez esta faceta más pop es la que mejor le sienta a Depresión Sonora. Bueno, no sé, pero por lo menos es la más llamativa y la que más público le va a hacer atrapar. Cómo será vivir en el campo es el perfecto ejemplo de este tipo de canciones. No es la única, que ahí encontramos también la preciosa, Desordenarlo todo que quizás sea la letra más bonita de todo el disco (Ser un humano, una máquina tonta es tan aburrido; Desordenarlo todo, tocar fondo; Revolver mil recuerdos y encontrarme tu foto). Es la mezcla perfecta entre pop y oscuridad: un escala sencilla al teclado, una batería rápida, una guitarra muy de The Smiths y una idea de desolación y angustia que recuerda a otros desórdenes como los de Joy DivisionLos Planetas.

Cada vez más, leo a gente en redes que comparten canciones de Depresión Sonora. Me alegro mucho. Lo veo yendo cada vez más arriba en festivales y me alegro todavía más. Entiendo que, por sus letras y su sonido que tiene mucho de la música urbana actual, la gente más joven se pueda identificar mucho con él.

Bravo por este discazo.