De hecho, van jugando entre las guitarras brit-pop, un poco psicodélicas y los ritmos melódicos alocados que igual se aceleran, que igual se vuelven pausados en la misma canción. Esto es lo que más abunda y lo que lo hace tan inaccesible a la primera escucha porque no es una estructura clara de canciones redondas. Ahí es donde más me recuerdan a grupos como Blur (fundamentalmente) o Pavement. Ahí encontramos grandes canciones como Fundraiser, que abre el disco, o la genial omni shambles que es la que más me recuerda a la banda de Damon Albarn.
Eso sí, hay algunas canciones donde meten canciones más pesadas, algo que también hacen los irlandeses Fountains DC como, por ejemplo, Cowbella o My make own dust.
Eso sí, cuando pisan el freno, se dejan de guitarrazos y se acercan más a la psicodelia es cuando le salen las mejores canciones. Lioness es maravillosa y, sobre todo, Marble Arch con ese aire a jazz parisino y ese estribillo tan pop que engancha desde el principio.
La verdad es que bar italia nos dejan uno de sus discos: inclasificables en etiquetas, guitarras, psicodelia, pop y total libertad en sus canciones que se mueven por impulsos. Parece el grupo perfecto para que la prensa británica lo lance como hype y lo tengamos los próximos 20 años encabezando festivales en primera línea.
