La banda argentina Bestia Bebé se convirtieron para mí en una gratísima sorpresa cuando les conocí hace un par de años. Venían de concierto al Microsonidos y yo les había escuchado algunas canciones pero nunca me había parado a escuchar un álbum completo hasta ese momento. De su directo salí encantado y de su música también, tanto que acabé por pillar su primer álbum allí mismo y de vez en cuando sigue sonando en el tocadiscos.
Hoy editan su nuevo álbum, Gracias por nada, y de nuevo han vuelto a dar en el clavo con su colección de canciones. A veces pienso que lo mejor que se puede decir de una banda es que suenan a ellos mismos, y es que eso significa, que tu propuesta es tan estable y coherente que apenas se le pueden encontrar fisuras.
Y en ese sentido, Bestia Bebé siguen acertando con cortes como Media docena de maleducados, El descontrol, La chispa, Me olvidé de tu cumpleaños o Un documental sobre mí donde las guitarras son las protagonistas. Eso sí, como todos los grupos, van evolucionando con el tiempo y en cortes como El fin del mundo (otra vez) vemos como han ido dando cada vez más peso a los teclados y sintetizadores.
También hay tiempo para pisar el freno y dejarnos buenas canciones en forma de baladas, algo que en realidad, encontramos en todos sus trabajos. En este caso un tema como Eucalipto, con ese precioso órgano es un buen ejemplo.
Los de Boedo siguen presentando una propuesta de lo más interesante y coherente del rock independiente en castellano.
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