A finales de agosto salió el debut de Moon Attendant, la banda de Brighton que han fundado músicos tan experimentados como Paul Blewett a la voz, los teclados de Nick Holton o las guitarras de Neil Halstead. De hecho, Holton Halstead ya colaboraron hace unos años creando una banda llamada Black Hearted Brother, que sacaron un discazo, y después desapareció.
Y es que, Halstead, quien fuera líder de grupos como Mojave 3 y al frente de ese mito del shoegaze que son Slowdive, suele abrirse a este tipo de experiencias que se salen un poco de su estilo.
Este álbum de Moon Attendant, One last summer, es de lo más ecléctico y, quizás por eso, se ha convertido en un trabajo tan interesante. La banda tira de sintetizadores y teclados Casio80 para hacer unas canciones a medio camino entre el synth-pop ochentero, el kraut o el space-rock psicodélico de los setenta.
De hecho, cortes como Blue o Hot Power, con los que comienza el trabajo, o Don't step back, con el que concluyen el trabajo, son buena prueba de ello: guitarras, teclados, melodías pop y finales psicodélicos. De hecho, por la forma de cantar y por los cortes pop, lo primero que me ha venido a la cabeza son los Blur más libres como en Sleepy Sleep o Lucky Escape donde tiran más de guitarras, pero los teclados y la psicodelia también me han recordado a Spiritualized en cortes como Castles Burning o la obscura I would like to teach you, donde se alejan algo del pop más evidente y le dan más peso a los teclados y las atmósferas (y es que la mano de Halstead se tenía que notar por algún lado) haciendo un corte de pop psicodélico y perezoso que bien podrían haber firmado Procol Harum.
El parecido a Blur es más que evidente hasta cuando pisan el freno y nos dejan ese bonito corte de brit-pop noventero hecho a base de guitarras acústicas que es Catch a Train. No se les da nada mal sonar brillantes y poperos, alejados de distorsiones o teclados envolventes.
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