martes, 10 de octubre de 2023

Sufjan Stevens

Quizás, el nuevo disco de Sufjan Stevens, Javelin, vaya a ser uno de los trabajos más destacados a final de año por muchas revistas y listas. La verdad es que bien se lo ha ganado el artista ahora afincado en Nueva York. Y no era fácil porque su propio listón está muy alto.

Su sonido, entre el folk, el pop lo-fi y la electrónica le acerca a bandas como Mazzy Star, Beach House o Big Thief. Así todo junto. Pero lo más importante es que siempre suena a él mismo y eso, pocos artistas, lo consiguen.

Estamos acostumbrados a Sufjan Stevens publique álbumes conceptuales. Alguna idea o recuerdo que tenga en mente, a veces, genera todo un torrente creativo que hace que las canciones tengan sentido cuando se juntan en un único trabajo. Es también el caso de Javelin, que Sufjan Stevens dedica al recuerdo de su pareja Evans Richardson que falleció el pasado mes de abril. En ese sentido, el folk pausado y las letras sobre la vida, la pareja o el amor cobran una nueva dimensión. De hecho, tras varios coqueteos con la electrónica, como The Ascension en 2020, este es el álbum que más recuerda al maravilloso Carrie & Lowell de 2015.

Aunque empieza esquivo con Goodbay Evergreen y A running start, bien pronto nos llegan los cortes más destacados. 

En este disco, Sufjan Stevens toca todos los instrumentos, menos una guitarra que hace Bryce Dessner de The National y los coros que acompañan todas las canciones. Así se asegura que sale el sonido exacto que él quiere.

Su voz susurrante, los coros épicos y las guitarras acústicas son parte importante en estas composiciones. Así encontramos Javelin (To have and hold), Genuflecting Ghost, la preciosa So you are tired o My red little fox. Eso sí, el punto álgido de este trabajo llega con el single que ya adelantó: Will anybody ever love me? Que quizás sea una de las mejores canciones que nunca ha publicado, y mira que ha sacado buenas canciones.

Es un álbum perfecto para el otoño que llega (cuando llegue), para los días de calma y lectura. Teniendo en cuenta el artista, su sonido y el tema que lo mueve todo, no podría ser de otro modo. Y le ha vuelto a salir un disco de enorme talento y calidad al bueno de Sufjan Stevens quien, probablemente, vea cortada su carrera a corto plazo ya que se enfrenta a un síndrome inmunodeficitario que le hace perder sensibilidad en las manos y otras partes de su cuerpo, por lo que seguramente se concentre en el tratamiento por un periodo de tiempo. Ojalá le vaya bien y pronto lo tengamos de vuelta con nuevas canciones.

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