Con esa capacidad creativa, cualquier productor le frenaría los pies, seleccionaría lo mejor de lo mejor y le lanzaría un disco al año bien distribuido. Se haría famoso. Sería un éxito. La melancolía de The Cure pero en el siglo XXI. Yo, sinceramente, me alegraría por él. Pero tiene toda la pinta que ese rollo no le gusta y él está cómodo con su forma de hacer las cosas de manera independiente, con calma, al ritmo que le marca su cabeza, su cuerpo o la vida que llevamos. Yo lo celebro porque así, los que adoramos su música, tenemos nuestra dosis de The Reds, Pinks & Purples cada poco tiempo.
Murder, Oral Sex & Cigarettes es su último EP. Y es otra maravilla. En solo 6 canciones nos deja un poco de todo. Desde esas baladas lentas como A Figure on the Stairs y Use this song if you need one, con guitarras acústicas, o la preciosa Late to the Party, donde el protagonista es el piano y donde nos deja, en mi opinión, lo mejor de este trabajo. También destacan esas canciones de indie-pop elegante que se ven ensuciadas de fondo por guitarras sucias y riffs afilados. Ahí tenemos su sello personal y lo podemos escuchar claramente en, la genial, Murder, Oral Sex & Cigarettes o en Creature Heroes.
No sé si alguna vez se parará esta capacidad de crear grandes canciones, de lo que estoy bastante seguro es que será casi imposible poder recopilar las mejores en un disco que no sea una caja de 5 cds.
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