El pasado mes de noviembre ya comenté en el blog los dos adelantos del nuevo disco de los londinenses Still Corners, The Last Exit.
La verdad, es que el sonido de los dos temas que avanzaron, The Last Exit y Crying, me sorprendieron mucho. Para empezar porque eran bastante distintos a lo que recordaba de la banda y segundo porque me trajeron a la memoria a la vez el rock fronterizo de grupos como Calexico o el synth-pop de Molly Nilsson. Algo que descuadra a cualquiera.
En enero salió The Last Exit y, desde entonces, lo he escuchado cientos de veces. Es un disco que se te mete en la cabeza y con sonidos que te atrapan. Ese rock fronterizo, las slide-guitars y los sonidos de desierto y ultratumba, que bien podrían estar en cualquier película de Tarantino, se unen con los susurros y la voz cálida de Tessa Murray en cortes como la homónima The Last Exit, que abre el disco, It's Voodoo, que quizás sea la más tarantinesca, White Sands mucho más psicodélica o esa genial Bad Town donde las guitarras acústicos, los coros fantasmagóricos o los aullidos animales de fondo me han recordado mucho a la PJ Harvey del Let's England Shake.
Sin embargo, hay canciones donde dejan un poco del misterio del desierto y se abren a sonidos sintéticos y minimalistas o guitarreros, pero siempre en clave mucho más pop. De nuevo, la voz susurrante y esquiva aparece y da coherencia al álbum, recordando al pop elegante y tranquilo de Mazzy Star. Ahí nos encontramos, para mí, con los mejores cortes de este trabajo: el pop de la final Old Arcade es absolutamente genial, Mystery Road, que es la canción más rock del álbum y la más asequible para los que busquen un corte un poco más comercial que destaque, A kiss before dying, es una auténtica maravilla, Static, un corte muy tranquilo donde entra en juego un precioso piano y una delicia de solo de guitarra o Crying, una canción absolutamente redonda y donde más se acercan al synth-pop y que fue la que más me llamó la atención a finales del año pasado y el motivo por el que me bajé este disco para escucharlo con calma.
The Last Exit es un gran trabajo de Still Corners, para mí, el mejor que han hecho, pero es obscuro, misterioso y algo esquivo, así que no penséis que entra a la primera (bueno, hay canciones que sí).
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