Hace algunos días que tengo pendiente comentar esta maravilla de disco que es Heaven and Holy de Painted Shrines.
Sí, ya sé que en enero comenté Gone, el primer adelanto de este álbum y, en mi opinión la mejor canción que hay, aunque hay varias que le podrían discutir ese título. Para quien no conozca a Painted Shrines, solo comentar que es el trabajo dual de dos grandes músicos como Glenn Donaldson (Art Museums, The Reds, Pinks & Purples) y Jeremy Earl (Woods) que es quien, principalmente, pone la voz a esta banda.
En realidad, cada uno ha ido trabajando por su cuenta en estas canciones. En primer lugar, porque cada uno vive en una ciudad y, en segundo lugar, porque debido a la pandemia no se podían juntar. Como eran amigos desde hace tiempo, comenzaron a crear canciones en la distancia sin grandes pretensiones, y durante el confinamiento se vieron con fuerzas para enfrentarse a un proyecto como este.
Así se explica que, entre las 12 canciones que tiene Heaven and Holy, existan 5 que son instrumentales. Yo, quien ya me haya leído, no soy muy fan de incluir temas instrumentales en los discos de indie-pop, más que nada porque parecen un poco de relleno, aunque he de decir que en este caso hay un par que están realmente bien trabajados (Panoramic y, sobre todo, The BZC) y que quedan muy bien en el álbum. Tal vez cinco haya sido demasiado, sí, pero en realidad es bastante coherente con el modelo de grupo y con este trabajo fruto del confinamiento.
Eso sí, en los 7 cortes con voz, nos encontramos un auténtico trabajazo. Las guitarras jangle nos hablan claramente de The Reds, Pinks & Purples, pero esa voz y ese ritmo nos recuerdan fundamentalmente a Woods.
Canciones como Not so bad, Saturates the Eye o Gone, son de lo mejorcito del disco y tienen un poso de jangle-pop setentero que recuerda a The Byrds. Eso sí, Painted Shrines no esconden los dientes y se atreven a algo poco habitual en estos discos, incluir guitarrazos sucios, pedales y ruido y así nos encontramos cortes como Fool con ese ruido de fondo, Painted Shrines o la increíble Heaven and Holy, que tienen un corazón pop entre dentalladas de suciedad. Una mezcla exiquisita.
Supongo que entre los temas instrumentales y los guitarrazos sucios no será un álbum que triunfe entre el gran público, que se contenta con canciones amables y pocos experimentos. Sin embargo, estamos ante un disco sobresaliente y donde Painted Shrines nos ofrecen una gran lección musical y vital de cómo afrontar estos tiempos tan difíciles.
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