En los últimos días he descubierto un par de bandas australianas de lo más interesantes, especialmente porque tiran de guitarras potentes y un poco de suciedad, alejándose un poco (no del todo) del indie-pop que suele predominar en esa zona del planeta. Por un lado Flyying Colours, que se acercan más al shoegaze y, por otro, el proyecto de Tilly Murphy, Fritz, la compositora de Newcastle (Australia) que comento hoy y que se va más hacia el indie-pop guitarrero.
Pastel es el último trabajo de Fritz, y menudo álbum, la verdad. Su pop con aires noise y dreamy es una auténtica maravilla y me ha recordado mucho, en algunos cortes, a esos dos discos maravillosos de los canadienses Alvvays. De hecho, hay cortes, que por la voz y por las guitarras me recuerda mucho a esta banda como sucede con Sweetie, Ghost Poke, Jan 1 o Pastel, que para mí son de las mejores canciones del disco. O por lo menos, los cortes donde están más acertados.
Pero también hay margen para la velocidad cercana al punk-pop como hacen en las tremendas She's gonna hate me o Gracie, forgive me, que bien podrían ser un tema de los indonesios Say Sue Me por esas guitarras frenéticas o los cortes más punks de Best Coast, pero tiene un toque interesante con los sintetizadores en el estribillo que nos recuerdan al punk-pop juguetón de Helen Love o Axolotes Mexicanos. Incluso se ponen serios y obscuros, bajando la velocidad en cortes más dream-pop como en la genial Arrow o en la más esquiva Die Happily. También se ponen felices y surferos en cortes geniales como la muy pop U keep me alive, a la que creo que le sobra un poco el vocoder, porque sería un tema muy destacado.
En definitiva, este Pastel de los australianos Fritz es una auténtica sorpresa y un álbum muy divertido y de gran calidad en su propuesta porque sin alejarse del indie-pop lo hacen con fuerza y garra con esas guitarras ruidosas que meten.
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