jueves, 27 de mayo de 2021

Kokoshca

Desde el viernes de la semana pasada, he debido escuchar el nuevo disco de los pamplonicas Kokoshca unas cincuenta veces (igual algunas menos, jeje). Y bien lo merece porque han vuelto a sacar un gran trabajo con este álbum homónimo.

Como mucha gente, conocí a Kokoshca con La Fuerza, su disco de 2010, y desde entonces, sinceramente creo que todos sus trabajos son interesantes. De hecho, son una de las bandas más coherentes y estables que hay en España (y, además, tiene un directo muy divertido y potente).

En algún medio he leído que este Kokoshca es su gran oportunidad para abrirse al gran público y lanzar su carrera en volandas. Puede ser, la verdad. De hecho, hay canciones sobresalientes que bien merecerían que los navarros vendieses discos a cascoporro y liderasen carteles en festivales. Y lo bueno es que la fórmula que han buscado es ser ellos mismos. Más que nunca. Porque este álbum tiene un poco de todo lo que han sido Kokoshca hasta ahora.

Hay cortes de esos que enganchan a la primera, con su velocidad y sus guitarras. Los que siempre son una pequeña explosión en sus conciertos. No quiero cambiarte, Te sigo esperando o Voy a salir de esta (el inicio de esta última me ha recordado un poco al primer disco de Los Punsetes) contienen la mezcla perfecta entre el pop y la guitarras punk (en No quiero cambiarte se acercan al glam-punk de los New York Dolls).

En este álbum también hay espacio para las canciones que siempre llamo "rarezas" de Kokoshca. Son cortes que se alejan un poco del pop y donde meten todo tipo de ritmos, de instrumentos o de coros loco. En todos sus álbumes hay canciones de este tipo y en directo suelen funcionar muy bien porque la mayoría son bailongas. Ahí destaca muy especialmente Himno de España, que fue el primer sencillo del disco y que tiene la mezcla perfecta entre diversión y letra ácida. Pero también encontramos otros cortes como Lo Tiro, Confusión con ese teclado y ese aire más dream-pop o Rayo que es mucho más guitarrero.

Eso sí, lo que más me gusta del disco es cuando Kokoshca se van hacia el indie-pop más elegante. De hecho, en todos sus álbumes nos han dejado grandes cortes de este tipo. El final con Aire es tranquilo y sosegado, igual que ese maravilloso inicio con Asia en homenaje al montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza que murió subiendo el Annapurna y que había decidido mejorar la vida de los niños de Nepal, por lo que su familia decidió que se cuerpo descanse en la montaña para siempre.

Y mi corte favorito del disco es esa maravillosa Regresando a la ciudad, que inicia tranquila y donde la melodía, las guitarras y los teclados se dan la mano para conformar una de las mejores canciones que nunca hayan hecho. Y todo mejorado por un puente y un estribillo espectacular donde Amaia demuestra la gran fuerza y calidad de su voz.

Ojalá a Kokoshca este disco les traiga muchas alegrías. Bien se lo merece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario