viernes, 14 de mayo de 2021

The Chills

 Justo ayer estaba pensando que era muy raro que en estas semanas previas al verano se estuvieran lanzando tan pocos trabajos, cuando suele ser una época propicia para ello: los álbumes se difunden, los singles suenan en las radios y, en verano, mucha gente te compra el disco que es cuando hay tiempo para escucharlos. Algo parecido sucede en los meses de septiembre y octubre antes de la navidad. Bueno, al menos, esos son los tiempos discográficos más clásicos, aunque supongo que entre las plataformas digitales y la pandemia, igual eso va cambiando poco a poco.

Ayer puse el nuevo single de Sonny & The Sunsets y, por la noche, escuchaba el buenísimo lanzamiento del próximo disco de Okkervil River (también para julio). Pero justo hoy, han salido así del tirón los nuevos álbumes de The Chills, St. Vincent y Paul Weller (el 4º disco en 5 años del genio inglés). Casi nada.

Empiezo comentando el Scatterbrain de The Chills. Y es que la banda de Martin Phillips, más allá de ser una de las grandes bandas de indie-pop que, en los 80, triunfaron con el sello Flying Nun en Nueva Zelanda, sigue sacando discos de muchísima calidad en los últimos años.

De este Scatterbrain, ya conocíamos 2 cortes Monolith y You're Inmortal. Tal vez estos dos avances ya nos marcaran el camino del disco ya que The Chills se muestran mucho más esquivos que de costumbre. Con cortes más sombríos como ScatterbrainMonolith, Hourglass o Little Alien ahondan más en una línea que ya había ido apareciendo en sus anteriores trabajos, pero con mucho menos protagonismo.

Eso sí, entre esos temas más obscuros, You're Inmortal nos deja un brillante estribillo pop que es de lo mejor del trabajo y muy del estilo indie-pop de The Chills. En estas canciones más pop encontramos el alma de la banda y ahí tenemos preciosos temas como Destiny o las más lentas Caught my eye y Safe and Sound. Incluso esa ochentera Worlds within Worlds, con el protagonismo de los teclados de hojalata, o la más guitarrera Walls beyond abandon entroncan muy bien con su sonido de toda la vida.

Quizás no sea su mejor disco, ni tenga canciones que destaquen, pero The Chills siguen demostrando que están en forma y que saben hacer grandes trabajos sin que el éxito comercial les preocupe lo más mínimo. Bravo por ellos.

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