martes, 30 de enero de 2024

The Maureens

Ya lo puse ayer, la semana pasada estuve comentando el nuevo disco de The Maureens, Everyone Smiles y, por lo que sea, nunca lo subí y perdí esa entrada en el blog. En fin, cosas que me pasan cuando tengo mil asuntos en la cabeza (todos de curro, claro).

Pero bueno, allá vamos de nuevo. Para los que no conozcáis a The Maureens, ellos son una banda de indie-pop de Utrech (Países Bajos) y han editado este trabajo con Meritorio Records, así que eso ya es garantía de calidad. Y no poca.

El indie-pop de The Maureens es una maravilla y toca diferentes estilos. Por ejemplo, esa guitarrera y power-pop Rainy Day es una auténtica maravilla que huele por todos lados a bandas como Teenage Fanclub. Algo parecido sucede con la más calmada Sunday Driver que también tiene ese punto de rock noventero o, en las más pop, Warning Sign, Only Child y Motherless bird, que se acercan al pop de sesenta y setenta o en Stand Up! con la que abren el álbum.

Y sin abandonar el pop guitarrero, también introducen algunos riffs de guitarras jangle, como Lost & Found, donde se acercan a grupos actuales como Model Shop, o ese genial medio tiempo (con diferencia lo mejor de este álbum) de aires oscuros que es Fell in Love, donde recuerdan un poco a los mejores REM y grupos independientes norteamericanos de la escena College Radio, como East Village.

Tienen tiempo de pisar un poco el freno y bajar las revoluciones, como en Alison, en la final High & Dry on the Backseat. También en Morning Papers, esta última, que tiene cierto aroma a The Beatles o Simon & Garfunkel, es muy bonita y, por su duración de un minuto bien podría haber sido una canción de Tony Molina.

La verdad es que es un disco precioso este de The Maureens y no me extraña nada que Meritorio se fijara en ellos, porque pega un montón en su catálogo. De hecho, en mi próximo pedido será uno de los fijos.

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