lunes, 8 de mayo de 2023

The National

Hace unas semanas, me llegó a través de twitter una petición de firmar en change.org para que no cerrasen la Brixton Academy de Londres. Se me vinieron encima un montón de recuerdos porque es uno de los sitios más bonitos donde he visto un concierto en mi vida. No es que sea muy distinto a cualquier otro teatro de Londres, pero en Brixton había un aura musical especial. Recuerdo que en diciembre de 2010 vi allí por primera vez a The National y a Phosphorescent. Una noche con un frío de cojones y que, al salir, había pegado una nevada tremenda y me quedé sin metro para volver a casa y me chupé una odisea de autobuses y nieve para volver a casa. Y, aún así, un concierto tremendo (recién salido el High Violet).

The National siempre serán una banda a la que le tenga un cariño especial. Sus tres primeros álbumes de seguido (bueno, en realidad, tienen alguno previo pero que no tuvieron nada de tirón y yo apenas los he escuchado un par de veces), Alligator, Boxer y High Violet me parecen una de las tríadas capitolinas fundamentales para entender la música independiente de inicios de siglo.

Después, el resto de trabajos siempre han cumplido, bastante regulares, y en todos siempre hay 3 o 4 canciones sobresalientes. Y, eso no está al alcance de cualquiera.

El pasado mes salió Two First Pages of Frankestein, su nuevo álbum, y de nuevo nos encontramos esa regularidad de The National. Es cierto que es uno de sus discos más lentos y reposados y eso igual le resta fuerza y que encontremos un single poderoso que destaque. Desde luego, de cara al gran público, no va a ser su trabajo más admirado. Pero a mí, hay cosas que me gustan.

Por ejemplo, en esa línea pausada y tranquila les salen canciones preciosas como la apertura Once Upon a Poolside o This isn't helping, donde a base de pianos y colaboraciones con Sufjan Stevens y Phoebe Bridgers (respectivamente) les salen dos canciones más que apañadas.

Tal vez, echo de menos, la potencia de sus bases rítmicas, sobre todo en The National echo de menos esa batería asincopada que se comía las canciones, te entraba en la cabeza y te tenía horas tarareando sus canciones.

Hay canciones que recuerdan a sus primeros trabajos, para mí las mejores. Pero es cierto que recuerdan a las canciones más tranquilas de sus primeros álbumes. Por ejemplo, New Order T-Shirt o Tropic Morning News que son lo mejor de este trabajo y donde suenan más a sí mismos.

De hecho, en la segunda entran en juego algunos teclados sintéticos que se repiten en otros temas como Grease in your Hair y que me recuerdan más al pop de sintetizadores de grupos como Nation of Language (lo que no deja de ser curioso porque, a su vez, las canciones de los neoyoquinos me recuerdan a The National).

En definitiva, lo dicho, a nivel de medios y público no será su disco más aclamado pero el talento de The National, ni mucho menos ha desaparecido y siempre podemos rescatar algunas canciones geniales en todos sus trabajos.

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