En 2022 volvió a sacar disco, Juro y Prometo, pero pasó bastante desapercibido. De hecho a mí, que me encanta, se me pasó por completo.
Eso sí, estos últimos meses parece que me reconciliado con El Último Vecino. En 2023 sacó los singles Demasiado y Matadora, unos cortes más soleados, pop y guitarreros, que me encantaron. De hecho, a las pocas semanas girando por salas estuvo en el Garage un jueves entre semana y allí que fui a verles. Un concierto que me encantó.
Ahora, ha publicado Riqui, su nuevo elepé, con el que vino hace un par de semanas en los conciertos mañaneros del Warm Up. Yo no pude ir aunque me dijeron que estuvo genial, más allá del calorazo que hacía.
Riqui es un álbum maravilloso. He dejado pasar tiempo y lo he escuchado mucho. Porque de primeras no tiene unos cortes pop de esos que te entran a la primera. Pero conforme más lo escuchas, más canciones van emergiendo. Y es que, El Último Vecino, vuelve por sus fueros y el synth-pop oscuro es lo que más destaca en este trabajo.
Hay canciones más oscuras donde se acercan al post-punk sintético de grupos como New Order, donde meten guitarras que recuerdan a los rusos Motorama. Eso pasa en la maravillosa Era de esperar (que abre y cierra el disco), Libreta de recuerdos, Lo que tuvo que aguantar o en, la esquiva, Lo que quise saber, donde colabora Xenia la artista de tecno-pop.
También hay hueco para sonidos más pop y new wave, algo que a El Último Vecino siempre le ha sentado genial. Eso sí, nada de ese sonido más alegre de sus últimos singles, aquí encontramos la melancolía y la nostalgia de siempre y que nos ha dejado, por ejemplo, el single Cintas, que fue de las primeras canciones que conocimos y que es una canción genial (tiene un estribillo que engancha).
Ese tono melancólico y sombrío me ha traído a la mente algunos otros proyectos nacionales bastante interesantes que juegan con el pop y los sintetizadores como Alcalá Norte, Margarita Quebrada y, sobre todo, Depresión Sonora. En este sentido, hay canciones que destacan poderosamente como el otro single, Mi chaqueta gris (menuda entrada de saxofón más bonita) o Tus oraciones (donde también colabora el canario Luz Futuro), que quizás sean los dos cortes que más me han recordado a El Último Vecino de los comienzos. Y me encanta, como me encantó hace diez años.
Riqui es un trabajo maravilloso, canciones de orfebrería para camisetas negras y noches de darle vueltas a la cabeza fumando en el balcón.
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