De hecho, cortes como Hell on Wheels (que fue su primer sencillo), Fight, Hog o No one holds you (closer than the one you haven's met) bien podrían colar dentro de un álbum de Queen ya que tienden al contraste, al barroquismo, al susurro, a la épica y contienen unos pianos y unos coros espectaculares.
Por otro lado hay cortes como Live in Favor of tomorrow donde se acercan un poco más al jangle-pop de los 60 de grupos como The Byrds, canciones más pop como la delicada Why do lovers own each other?, The One u Only a fool con ese estribillo que nos trae un aire a The Beatles o, incluso, al rock americano de The Band en temas como Leather together o la genial Moon, que tal vez sea lo mejor de todo el disco y donde sacan toda la potencia de las guitarras a relucir, mientras el piano y las armónicas completan un cuadro que bien le hubiera gustado pintar a Bruce Springsteen o Alejandro Escovedo.
Algo que me gusta de The Lemon Twigs es que no se dejan clasificar en un estilo ni siquiera dentro de una misma canción, ya que pueden pasar de la épica de la voz y el piano a dos guitarrazos y una armónica en un abrir y cerrar de ojos. No se esconden a la hora de sacar a relucir un buen estribillo o de crear un obscura atmósfera cercana al post-punk de Bauhaus como hacen en mitad de Hog.
En este trabajo hay un poco de todo: pop de los 60, guitarras jangle, glam-rock y canciones de rock americano. Un eclecticismo que es su marca personal pero que no está exento de saber componer grandes canciones.
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