Junto con el de Exploding Flowers, que comenté el otro día, quizás el disco que más he escuchado este agosto ha sido este Made for each other de The Muldoons.
La banda escocesa tira de habitual repertorio de indie-pop ochentero y lo hace de forma magistral. Bien es cierto que, a inicios de los 90, cuando ellos comenzaron, este sonido estaba en plena expansión y las bandas de C86 o de sellos como Sarah Records copaban las listas británicas.
Eso sí, sus guitarras jangle, teclados y la entrada maravillosa de trompetas hacen de sus canciones una explosión de sonidos twee perfectamente engarzados, como sucede en Last time, Lovely Things o Every Week is the same, donde recuerdan mucho a grupos como The June Brides.
Incluso en corte más serenos como Made for each other, What do I have to do? o In Love again recuerdan a grupos de los ochenta como Orange Juice o Aztec Camera, especialmente ese pop atemporal que aparece en Rub It in, una de las pocas baladas del álbum o ese medio tiempo increíble que es Word by Word donde se juntan las guitarras de Orange Juice y las trompetas de The June Brides.
Porque eso sí, el álbum de The Muldoons es un huracán con pocos parones. De hecho, su primer single fue Don't be like that girl que es un corte donde recuerdan a los mejores Talulah Gosh: el corte empieza relajado pero pronto sobreviene una lluvia de guitarrazos twee-punk desgarradora, algo que se va alternando durante todo el tema incluyendo un estribillo propio de la cuerda de Sarah Records y bandas como The Field Mice, con los guitarrazos veloces de grupos como Tiger Trap y el cuddlecore noventero.
A la banda de Paisley les ha quedado un disco muy bueno y bastante redondo donde el pop, las melodías, las guitarras y las trompetas lo invaden todo y nos dejan uno de los mejores trabajos que han salido en verano.
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